Rob Van Dam, uno de los luchadores más técnicos y queridos de la lucha libre, ha hecho fuertes acusaciones contra el expresidente de WWE, Vince McMahon.
En una reciente entrevista, RVD afirmó que McMahon no solo compró ECW en 2003, sino que, según él, su verdadera intención fue destruir la marca que se hizo famosa por su estilo hardcore y por la pasión de sus fanáticos. La declaración ha encendido nuevamente el debate sobre el trato que la empresa recibió tras ser absorbida por WWE.
La compra de ECW: ¿Una jugada estratégica o un golpe fatal?
ECW, fundada en 1994 bajo la dirección de Paul Heyman, se destacó por su enfoque extremo y su estilo de lucha sin censura. A pesar de la popularidad que ganó en los años 90, la empresa cerró sus puertas en 2001. Sin embargo, fue revivida brevemente en 2005 con contenido y eventos bajo el sello de WWE, pero muchos fanáticos y luchadores, incluido Rob Van Dam, creen que WWE nunca tuvo la intención de honrar del legado.
Según Van Dam, McMahon utilizó la marca para mofarse de la esencia, reemplazando a las estrellas originales con nuevos talentos y llevando el Campeonato de ECW solo para ridiculizarlo. "Vince no quería nada que tuviera el ‘olor’ de ECW", comentó RVD, agregando que la popularidad de los gritos de los fanáticos durante los shows de WWE nunca fue bien recibida por McMahon.
El legado de ECW en WWE: ¿un esfuerzo por destruir el pasado?
RVD, quien jugó un papel crucial en el éxito de ECW, también destacó el contraste entre la originalidad de la marca y el formato que WWE impuso a su regreso.
El luchador consideró que, lejos de revitalizar ECW, WWE la utilizó para moldear una nueva narrativa en la que las figuras originales fueron reemplazadas y la esencia extrema de la compañía se desvaneció.