Jeffrey Webb, uno de los siete miembros de la FIFA detenidos en la redada del pasado 27 de mayo en Zúrich, ha aceptado ser extraditado a Estados Unidos para responder ante la fiscal general Loretta Lynch por los cargos de asociación para delinquir, soborno y blanqueo de capitales. Webb, que también está reclamado por las Islas Caimán, donde nació, por fraude a la Seguridad Social del país caribeño, es uno de los pesos pesados de la FIFA, organización de la que fue vicepresidente como correspondía a su cargo de presidente de la Confederación de Norte y Centroamérica y el Caribe (CONCACAF).
Los otros seis detenidos por el FBI y la Policía de Suiza, Eugenio Figueredo, Eduardo Li, Jose Maria Marín, Julio Rocha, Costas Takkas y Rafael Esquivel han rechazado la extradición y han recurrido para evitar su traslado a Estados Unidos.
En el caso de Webb, que se ha puesto ya en manos de abogados estadounidenses, la extradición será inminente. En el plazo máximo de diez días comparecerá ante la Fiscalía de Brooklyn, la misma en la que ejerció como representante del ministerio público Michael García, el expresidente de la Comisión de Ética de la FIFA que dimitió del cargo al negarse la organización a publicar el informe que realizó sobre corrupción y malas prácticas en la propia FIFA. García está casado con una agente del FBI y tiene prohibida la entrada en Rusia.
Jeffrey Webb, quien según las investigaciones se costeó una piscina en su casa de Loganville, Georgia, con parte de los sobornos recibidos por la empresa Traffic, que compraba y redistribuía los derechos de televisión y markéting de los torneos de la FIFA, tendrá que responder en Estados Unidos sobre el esquema establecido y sostenido de corrupción en la CONCACAF.
Por otra parte, otro de los vicepresidentes de la FIFA y también expresidente de la CONCACAF, Jack Warner, ha evitado la primera vista para su extradición a Estados Unidos alegando un defecto de forma. Warner, que se entregó en Trinidad y Tobago el 28 de mayo y que salió luego en libertad bajo fianza de dos millones de dólares, permanece bajo vigilancia en Puerto España a la espera de una nueva vista que podría celebrarse a finales de este mes.