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Un año de situaciones encontradas vivió Independiente en este 2023. En lo político, en lo institucional y en lo futbolístico el Rojo fue una montaña rusa de emociones. Y podría decirse que el balance final es positivo. Claro, para entender un poco más este recorrido hay que mencionar a un personaje clave: Carlos Tevez.
Independiente tuvo un antes y un después con la llegada de Carlitos. Haciendo memoria, el club de Avellaneda pasó en los primeros meses del año momentos muy complicados desde lo institucional. La llegada de la nueva dirigencia a finales de 2022 con Fabián Doman a la cabeza, tras los dos períodos de Hugo Moyano en la conducción del club, no calmó las aguas.
La elección del nuevo DT, tampoco: un entrenador sin muchos pergaminos como Leandro Stillitano, exayudante de campo de Ariel Holan, llegó para arrancar la era Doman. Los malos resultados fueron determinantes: dirigió ocho partidos y ganó uno, con cinco empates y dos derrotas. Al poco tiempo, mientras Pedro Monzón dirigía como interino, estalló la bomba de la renuncia de Doman a seis meses de haber asumido.
El conductor televisivo había ganado las elecciones con más del 70 por ciento de apoyo, pero no pudo traer refuerzos de jerarquía, tampoco un técnico con trayectoria, y las deudas del club, que estaba inhibido, crecían y estaban lejos de pagarse.
Tan mal estaba el Rojo que el influencer Santiago Maratea armó una campaña para recaudar fondos, con el fin de saldar viejas cuentas, que generó tanto apoyo como repudio. El vicepresidente Néstor Grindetti se hizo cargo del club y al poco tiempo llegó Ricardo Zielinski. El Ruso pareció enderezar un poco el rumbo del Rojo, que pese a todo terminó la Liga en el puesto 24 sobre 28 equipos y con la mirada puesta en el descenso.
El clima estaba tenso y en el arranque de la Copa de la Liga, tras la derrota de local de Independiente ante Colón y la bronca de la gente, renunció Zielinski.
Para reemplazarlo asumió Tevez: su único paso previo como DT había sido dirigiendo a Rosario Central. Y la idea de que un hombre tan identificado con Boca dirija al Rey de Copas no caía bien en muchos hinchas. De todos modos Carlitos se animó a tomar la papa caliente y arrancó con el pie derecho en un partido clave ante Vélez, cuando el descenso estaba más cercano que nunca: victoria agónica por 2-1.
La seguidilla de buenos resultados ante rivales directos (luego del debut venció de manera consecutiva a Gimnasia y a Huracán) trajo calma. La actitud del equipo mejoró: más entrega, más sacrificio, más personalidad. Rápido se pasó de mirar la tabla de abajo a pelear arriba en la Zona A de la Copa de la Liga. El triunfo por 2-0 en el clásico ante Racing -que derivó en la renuncia de Fernando Gago- fue otro espaldarazo para el DT.
Sin embargo, en el tramo final, el conjunto de Avellaneda quedó en las puertas de pasar a los cuartos de final. Pero la imagen del equipo y el clima en la cancha ya era otro. Tevez logró lo que parecía imposible: llevó calma a Independiente. Así se ganó el respeto de sus hinchas y tres años más de contrato en el Rojo para ir en búsqueda de nuevos objetivos en 2024. Como el propio Carlitos afirmó, “ahora hay que pelear el campeonato”.