El Atlético de Madrid jugará mañana una apasionante final de la Europa League ante el Olympique de Marsella, que nos recuerda a las conseguidas en 2010 y 2012. Muchas cosas han cambiado desde entonces en este club que ha sabido siempre reinventarse para mantenerse en la élite en la última década.
Una de las claves de su éxito ha sido su acierto a la hora de escoger a sus referencias ofensivas. Desde la salida de Fernando Torres rumbo al Liverpool en 2007, los rojiblancos han ido dando con la tecla sustituyendo a sus grandes atacantes. El lugar del Niño lo ocuparía por ejemplo Sergio Agüero, que rindió a un gran nivel junto a Diego Forlán.
Ambos se fueron en 2011, pero sería Radamel Falcao quien devolvería la ilusión a la grada, para compartir después ataque con Diego Costa. En 2013 se iba el colombiano, cuyo lugar fue ocupado por David Villa, que jugó junto a Costa en la temporada en la que se ganó la Liga en el Camp Nou y se llegó a la final de Lisboa.
Ambos dejarían paso después a Mario Mandzukic, que pese a todo no tuvo un mal rendimiento, y un Antoine Griezmann que se ha mantenido desde entonces como referente con diferentes parejas atacantes. Algunas no funcionaron, como la de Jackson Martínez. Kevin Gameiro no ha terminado de explotar y ahora la que funciona es la dupla del galo con Diego Costa.
Con la marcha de Fernando Torres, que en 2016 también formó sociedad con Griezmann durante muchos partidos, Gameiro y Costa se quedan en el equipo, pero ya se busca otro referente. Alguien que ocupe el lugar de Griezmann. Viendo los antecedentes parece que al final se dará con una nueva fórmula.