Jugó en la selección paraguaya, jugó en el Cosmos de Estados Unidos, llegó a ser mundialista en México 86 y hoy a sus 55 años ha dejado una marca imborrable en quienes amamos el fútbol y damos reverencia al deporte rey, con un “olé” desde la tribuna.
El paraguayo se ha ido, pero dejó imágenes y frases para la posteridad.
Las frases
“¿Si vi el partido de River? Nooo, tenía cosas más importantes que hacer, je…” (Declaración tras el debut del Millonario -derrota 0-2 ante Universidad de San Martín- en la Libertadores 2008)
“Astrada y Hernan Díaz serán mis hijos toda la vida”
“Yo les pido a los jugadores de Boca que jueguen a lo Boca. No quiero que los jugadores de Boca se quejen. Quiero que se quejen las gallinas” (Antes de la llave de octavos de final de la Copa Libertadores 2015).
“Con Carlos jugamos juntos en el América. Y guardo una linda anécdota de él. Cuando enfrentamos a River en la final de la Libertadores del 86, Carlos salió a la cancha con la camiseta de Boca debajo. Y en un momento, se la mostró a la hinchada de River. Eso no me lo olvido más, je…” (Declaración durante una visita a la Bombonera para ver al Boca de su amigo Carlos Ischia)
“Los hinchas de Boca se acuerdan del título del 92, que para mí fue muy importante porque quedamos en la historia del club. Y también de los partidos con River. Yo me acuerdo de todos… Si les ganábamos siempre”.
“Boca es muy respetado en todo el mundo y ya está acostumbrado a jugar este tipo de partidos de Copa. Vos decís Argentina y te responden Boca. Y lo digo yo que vivo en Colombia y he viajado por muchos países. Yo jugué en Francia y allá, por ejemplo, nadie conoce a River. Afuera no lo conoce nadie. A Boca, en cambio, todo el mundo. Y no lo digo sólo yo. Eso lo dicen todos”.
“… y que querés, si son gallinas” (cuando le preguntaron por qué River no podía ganarle a Boca durante los años 90)
“Cuando River descendió me dio alegría”
“En los Boca-River uno tiene que saber jugar con todo. Yo, por ejemplo, les decía a mis compañeros antes de salir a la cancha que estuvieran tranquilos, que me dieran la pelota a mí que yo iba a hacer que ellos entraran en mi juego. Entonces los charlaba, les decía cosas y se ponían nerviosos. Y los resultados, evidentemente, fueron buenos, ya que a River, mientras yo estuve, le ganamos ocho o nueve partidos al hilo”.