LOS ÁNGELES -- Mikel Arriola llegó curtido al cargo de presidente de la Liga MX. El pellejo se le había ya engrosado, paquidérmicamente, a prueba de balas disparadas por la intriga o por acusaciones propias de una lid política.
El 7 de diciembre de 2020 fue anunciado, sin consulta con los dueños de equipos de Primera División, como su nuevo coordinador. La unción de Arriola fue un acto de prestidigitación, vía dedazo mágico y ancestral, por parte de su amigo Emilio Azcárraga Jean.
Tras zafarranchos auténticos a lo largo del proceso como candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad de México por el PRI, Arriola pasó de un estanque de tiburones a la pecera de Nemo, con puros pececitos amaestrados.
Claudia Sheinbaum, en jornada de debate en abril de 2018, le cuestionó el conocimiento del organigrama y las funciones del puesto al que Mikel aspiraba: “Eres candidato a Jefe de Gobierno y no sabes que el mando de la policía y la Procuraduría están en la Jefatura de Gobierno, no en las delegaciones”, y en otro encuentro, la actual Jefa de Gobierno le espetaría: “Mikel, aunque se vista de seda, priista se queda”.
Alejandra Barrales, representante de Por México y al Frente, tampoco tuvo piedad con el hoy presidente de la Liga MX: “A diferencia tuya, yo no tengo un suegro que me mantenga, ni ando buscando un cónyuge para endosarle mi patrimonio y esconderlo”, después que Arriola había mostrado imágenes de supuestas propiedades en Miami, además de edificios en la Ciudad de México, que presuntamente pertenecían a su opositora.
Tras fracasar en su ímpetu por la Jefatura de Gobierno, su oficio como servidor público llegó a su fin. Fue entonces cuando Azcárraga Jean decidió reclutarlo y remover a Enrique Bonilla a un puesto de asuntos internacionales, donde dejara de incomodar a los dueños de los equipos.
Era el mejor preparado, con el mejor perfil universitario de los candidatos a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, pero sin el instinto desarrollado que exige el aquelarre político. “Lo agarraron tiernito”, era el consenso entre politólogos mexicanos.
Cuando Yon de Luisa hizo el cabildeo previo para notificarles, pero no para consultarles, y sólo a algunos propietarios de clubes, fue puntual: “Es muy inteligente, muy capaz, con experiencia en proyecciones financieras y de desarrollo”. La percepción era que estaba “sobrecalificado para el puesto”.
Por lo pronto, el mayor reto para Mikel Arriola es acabar con el #ElGrito, esa expresión masiva del aficionado mexicano y que la FIFA ha determinado que es totalmente homofóbica.
Y ha sido todo un problema para Mikel Arriola, porque debió enfrentar los fantasmas de su campaña para Jefe de Gobierno, durante la cual se manifestó en contra de la adopción de niños por parte de parejas de un solo sexo.
“Como persona no estoy de acuerdo con la interrupción del embarazo, la adopción homoparental ni la legalización de la mariguana recreativa. Es importante que la gente sepa mi postura”, declaró el hoy capataz de la Liga MX.
A raíz de hacer de ese posicionamiento, uno de los estandartes de su campaña, la comunidad LGBT+ en México estigmatizó a Mikel como “personaje homofóbico”, lo que él rechazó, aunque hoy es el encargado de la misión de acabar con ese grito homofóbico que sigue dejando todo tipo de sanciones al futbol mexicano, desde multas hasta partidos a puerta cerrada, y que podría derivar incluso en la pérdida de puntos.
A casi un año de asumir el manejo de la Liga Mx, más allá de su propio balance, Mikel Arriola, descendiente de vascos y con varios diplomas universitarios, aún tiene numerosos expedientes pendientes.
1.- RECUPERAR EL MERCADO…
La pandemia agobió al futbol mexicano. La recesión redujo presupuestos de patrocinadores, golpeando a clubes, a la Liga y a la misma FMF.
Pero, hay un tema que preocupa al hombre que lo asignó en el puesto: el desplome de audiencia televisiva en la Liga Mx. Ha ocurrido en sus dos plazas más importantes: México y Estados Unidos, donde asegura Arriola tener cerca de 60 millones de seguidores cautivos.
Sin embargo, en cifras entregadas a este reportero, la teleaudiencia en EEUU para partidos de la Liga Mx ha caído en un 40 por ciento. Como muestra, un botón: en el Condado de Los Ángeles, el sábado 23 de octubre, sólo 36 mil hogares siguieron la transmisión del juego entre América y Tigres, considerado el más atractivo del fin de semana.
Según el Censo de 2020, en esa área, habitan cerca de 4.8 millones de latinos, 76% de ellos, con raíces mexicanas, el mercado principal de la Liga Mx.
La explicación es que simplemente el torneo mexicano ha perdido espectacularidad, aunque deberá tener un repunte a partir de la fase de Repechaje, a jugarse el 20 y 21 de noviembre.
2.- #ELGRITO…
En un intento por erradicar la exclamación homofóbica en los estadios, la Liga Mx bautizó el Apertura 2021 de una manera muy peculiar: #GritaMéxico.
De nada sirvió. El alarido que la afición considera folklórico, o pachanguero, sigue brotando en los estadios, pero ahora, el sonido local se encarga de tratar de ahogar el chillido de la tribuna, haciendo sonar los himnos de los equipos locales, especialmente para que no penetre a través de las transmisiones de televisión.
Pero, el grito sigue palpitante. “Llegó para quedarse”, como aseguran los mismos aficionados, sin que la FMF o la Liga Mx encuentran una dinámica exitosa para abatirlo.
A la selección mexicana ya le impusieron un nuevo veto por dos partidos, a pagar ante Costa Rica y Panamá en 2022, aunque, nuevamente la FMF intentará que reduzcan el castigo a sólo un juego.
El miércoles 3 de noviembre, en el partido entre Cruz Azul y León, #ElGrito se presentó con vehemencia. Personal de seguridad desalojó a 130 personas del sector oriente en el tercer nivel del Estadio Azteca.
Estas medidas se mantendrán, al menos dentro de la Liga Mx, en todas las plazas, según comunicado oficial: “La LIGA BBVA MX continúa comprometida con la prevención, vigilancia y aplicación del protocolo preventivo para evitar que actos discriminatorios sucedan en los diferentes estadios de nuestras ligas, promoviendo un entorno sano, familiar e incluyente”.
3.- VIOLENCIA EN ESTADIOS…
Cuando la Liga Mx decidió abrir paulatinamente los estadios, se creía que el aficionado habría modificado su comportamiento público.
No ha sido así. En diversas plazas, como San Luis, Guadalajara, Tijuana, la Ciudad de México, Querétaro, ha habido brotes de violencia, algunos de extrema gravedad, y otros sin lamentables consecuencias.
En tiempos en los que cualquier teléfono puede consignar los hechos, la Liga Mx y los clubes no han coordinado ni exigido a las autoridades, encontrar a los vándalos, y desarrollar genuinos cordones de seguridad. Tampoco se ha conseguido incrementar y especializar la vigilancia y la seguridad en los estadios.
4.- ANTIDOPAJE
Durante las gestiones de Enrique Bonilla y Decio de María, al frente de la Liga Mx y la FMF, el Control Antidopaje quedó descontrolado.
El caso más palpable fue el de Víctor Guzmán. Los resultados de los exámenes se dieron a conocer cinco meses después de que se detectara positivo en su orina. Se dieron distintas versiones. Se culpó a la burocracia, al traspapeleo, la negligencia, desatención, o simplemente se olvidó.
Curiosamente, Víctor Guzmán nunca acudió a abrir la Prueba B a La Habana, Cuba. Nunca fue declarado inocente, y nunca se comunicó de alguna reacción de la Agencia Mundial Antidopaje. Al tiempo, el jugador simplemente regresó a la actividad, en tiempos coincidentes con el alejamiento de Jesús Martínez a la dirigencia del Pachuca.
Otro caso curioso fue el del futbolista argentino Brian Fernández, quien militó exitosamente en el Necaxa durante casi un año, antes de emigrar a los Timbers de Portland en la MLS en mayo de 2019.
Durante su estadía en la Liga Mx, nunca se detectó alguna irregularidad. Sin embargo, para octubre de ese mismo 2019, Brian Fernández fue inscrito en el Programa de Abuso de Sustancias y Salud (SABH). Un mes después, la MLS le rescindió el contrato por no respetar el plan de recuperación.
¿Existe el antidopaje en el futbol mexicano? Es un tema tabú. No sólo la recolección de pruebas, sino el auténtico envío de las muestras para su valoración. Otro tema puntual pues, para Mikel Arriola a menos de seis semanas de cumplir su primer año en el cargo.
5.- CONMEBOL…
Innecesariamente, el presidente de la Liga Mx ha hecho suya una cruzada imposible: que México regrese a competencias de Conmebol.
En diversos discursos, al igual que Yon de Luisa, ha asegurado que trabajan arduamente por regresar a la Copa América y Copa Libertadores, y que hay grandes esperanzas de conseguirlo, cuando ambos saben, puntualmente, que la Concacaf le ha impuesto un candado a cualquier tipo de acercamiento con los sudamericanos.
Sin embargo, en cartera, De Luisa y Arriola, trabajan en el proyecto de la Copa Panamericana 2024, que sería una nueva versión, oficial, calendarizada, de lo que fue la Copa América Centenario, y que también se jugaría en Estados Unidos. La misma FIFA apoya este proyecto.
Así, muy lejos de las convulsionadas encerronas de otros tiempos en la FMF y en las Juntas de Propietarios de equipos de la Liga Mx, Arriola ha conseguido dar algunos pasos exitosos en diversas áreas, y además sin ese clima beligerante de las elecciones a Jefe de Gobierno.
Arriola coordinó nuevos controles sanitarios en los estadios, agilizó la aplicación de vacunas en los equipos, e innovó los reglamentos, para castigar a quienes violen los protocolos sanitarios de la Liga, además de lograr mediar con la Cofece (Comisión Federal de Competencia Económica), por abusos de los clubes en el mercado de fichajes.
Mikel consiguió que la multa a dividirse entre 17 clubes, por un total de 177.6 millones de pesos (8.5 millones de dólares), fuera menos gravosa de lo que se tenía contemplado, y factible de pagarse en cómodos abonitos.
Pero, cuando el 7 de diciembre próximo, Mikel Arriola apague su primera velita, aún estarán crepitando esas hogueras de los pendientes, que generan estertores en algunos dueños de equipos, y especialmente en el hombre que le asignó esa silla, al ver finiquitada su carrera política.
Tareas, pues, herculinas, pero no imposibles, para un tipo que desempeña un puesto, por debajo, según sus mecenas, de sus habilidades y conocimientos.