Antonio Pérez, papá de Checo, confiesa su mayor sueño en la vida

Antonio Pérez Garibay, padre de Checo, recordó los momentos difíciles que atravesó con su hijo en sus inicios en el deporte motor

Si alguien conoce muy bien a Sergio Pérez, ese es su padre, Antonio Pérez Garibay. Él, más que nadie, ha estado con Checo en las buenas, pero sobre todo… en las malas. Antonio ha sido uno de los soportes principales del piloto durante toda su carrera y ahora que las cosas no han salido del todo bien en Red Bull, afirma que no hay que perder de vista que el tapatío está peleando por ser el primer mexicano en salir subcampeón del mundo, al tiempo que predice que, si su hijo se mantiene una década más en la máxima categoría del automovilismo, entonces indudablemente conseguirá el título mundial durante este lapso.

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Usted fue el primer campeón de la familia Pérez, ¿nos puede contar esa experiencia?

Fue una etapa maravillosa, hay un poster muy bonito que me dedica la revista Automundo deportivo, es un poster a dos planas, siendo campeón nacional en 1987; esa revista marcó mi vida y mi historia en el mundo deportivo, y hay dos pasajes importantes en mi vida: el haber hecho mis carretas y el haber trabajado en el taller de Paco Fierro, donde él me da la oportunidad de correr en mi primer carro. Yo llegué a su taller a lavar carros, y él fue más que mi padre, me llevó al mundo del automovilismo, que ya lo conocía, pero con él a practicarlo.

Paola, Antonio y Sergio…todos eran pilotos, y su hija era la más destacada.

Cuando hacíamos el cartismo en Jalisco, la mejor era Paola, lo hacía muy bien, les dejaba el Go karts en primero a sus hermanos; después lo empezó a hacer muy bien Toño, a él lo mando a Europa a los 14 años y a los 16 se gana una prueba para Fórmula 1 en la fábrica de Lotus, y de ahí inicia todo esto… pero Checo se dedica al mundo del futbol; él me renunció a los karts para irse a un partido con el América por invitación de Emilio Azcárraga; el pudo ser campeón de los karts muy chavo, a los 12 años, pero no quiso, él quería ser futbolista.

¿Cómo lo regresó al automovilismo?

Los tuve dos años fuera y me acompañó a ver a Toñito a Inglaterra, en Silverstone, y al siguiente fin de semana era la carrera de Fórmula 1, y me dice ‘papá, yo me quedo con ustedes’, y le digo ‘no hijo, usted se regresa a entrenar futbol a su escuela’ y se regresó llorando, pero era para que entendiera; no era fácil dejar un día los Go karts y luego regresar cuando quisiera; entonces, le sufrió, le batalló dos años debajo de los carros y regresó con un hambre.

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¿Cuáles fueron los momentos más difíciles?

Hay momentos que nos marcaron a Checo y a mí, como cuando íbamos a correr a Estados Unidos y dormíamos en el carro porque no teníamos para pagar hotel y hacía mucho frío; también comprábamos una hamburguesa y la compartíamos mitad y mitad, la vimos muy difícil. Pero el momento más difícil en la vida de Checo y la mía fue en Wisconsin, ese día me estaba muriendo, Checo tenía 14 años, yo me estaba desangrando, estaba muy mal, y el domingo Checo gana su primera carrera internacional y no pude estar ahí.

¿Qué mensaje le mandaría al público mexicano que se siente mal por el desempeño de Sergio en las últimas carreras?

No lo tomen personal, yo como padre de Checo y que conozco toda su historia, si me preguntaran qué le deseo a mi hijo, yo le diría que continúe los próximos 10 años en Red Bull, es el mejor equipo del mundo, que se prepare para ser campeón, porque le va a llegar su momento y su oportunidad, pero el día de hoy no puede voltear para atrás ni la afición. Hoy tenemos a un mexicano que está llegando como subcampeón del mundo y con Red Bull ha ganado dos campeonatos en constructores. Hay que ganarse ese lugar, porque nada es fácil en la vida, así que no hay que darnos por vencido, que les digo…en los próximos 10 años México tendrá a un campeón del mundo en la Fórmula 1, su nombre: Checo Pérez.

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¿Cree que Sergio siga muchos años más en F1?

¿Por qué lo digo?, hay que ver la edad que tiene Fernando Alonso y la que tiene Checo, así que podría llegar a su misma edad que tiene Alonso en la Fórmula 1, y esos diez años o quizá menos, Checo y México pueden pelear el campeonato del mundo. Hoy tenemos un piloto muy maduro, un piloto que ha sufrido, un tigre herido, Checo está herido y va a demostrar quién es; ojalá en México pueda llevarse la victoria, y si no, debe seguir sumando los puntos para lograr este subcampeonato para nuestro país.