El año 2016 estuvo marcado en el Club América como el que debía ser uno de los más especiales y recordados y sí que lo fue, pero no precisamente por recuerdos gloriosos sino todo lo contrario. En aquel año uno de los clubes más importantes del futbol mexicano celebraba su Centenario y tenía que ser motivo de algarabía.
En ese año, las Águilas eran dirigidas por Ignacio Ambriz, pero en todo el año hubo cuestiones que fueron amargando la celebración. En el Clausura 2016 el equipo fue eliminado en semifinales, aunque ganó la Concachampions que le permitió ir a jugar el Mundial de Clubes por segundo año consecutivo.
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Pero en el segundo semestre las cosas no fluyeron de la mejor manera, por lo que la directiva encabezada por Ricardo Peláez (presidente deportivo) decidió cesar a Nacho, en su lugar llegó Ricardo Antonio La Volpe para vivir su segunda etapa en el banquillo americanista.
Las cosas se fueron reordenando, América calificó a la liguilla en quinto lugar; eliminó a Chivas en cuartos de final, a Necaxa en semifinales y se citó para la gran final contra los Tigres.
Como el equipo debía viajar a Japón para el Mundialito, la final se postergó y quedó establecido que se jugaría el 22 de diciembre la ida y la vuelta el 25 en el Estadio Universitario.
En Japón, América se enfrentó al Jeonbuk de Corea del Sur al que venció por 2-1, por lo que se enfrentó al Real Madrid en semifinales, ese partido le fue vendido al americanismo como el juego del Centenario, porque se medían en un duelo oficial al mejor equipo de Europa. Las Águilas cayeron 2-0 y en el duelo por el tercer lugar también perdieron ante el Atlético Nacional, pero estaba la final de liga por delante.
En el juego de ida en el Estadio Azteca empataron a un gol. Para la vuelta América celebró Navidad en el hotel de concentración, la noche del 24 tuvieron una cena como grupo acompañados de sus familiares y había el gran deseo de celebrar el 25 con el título que cerraría el Centenario de la mejor manera.
El gol de Edson Álvarez en el minuto 94 del tiempo extra ponía al equipo de Ricardo La Volpe muy cerca del título, era una película casi perfecta, con el gol de un canterano se lograría el título… sin embargo, vinieron las expulsiones de Rubens Sambueza (merecida) y la de Paolo Goltz (completamente injusta), un grave error del árbitro Jorge Isaac Rojas echaba por la borda el trabajo de América porque un gol de Édgar Dueñas al minuto 119 mandó todo a los penales.
La directiva americanista no lo podía creer habían bajado ya al campo, porque en el palco donde se encontraban les fueron lanzados cerveza, monedas, vasos entre otros objetos. Los penales fueron drama puro. Nahuel fue el héroe y los tiradores de América más Sambueza se disfrazaron de villanos.
El año del Centenario acabó con una amarga Navidad, sin títulos de liga en las vitrinas, con un partido oficial ante el Real Madrid jugado hasta el otro lado del mundo, con un himno pirata… Motivos para olvidar al año que pintaba para ser el más especial.
ZZM