Hablar de Enrique Borja es referirnos a unos de los mejores goleadores en la historia del futbol mexicano. Formado y creado en Pumas, fue parte del primer movimiento mediático y oneroso entre Cremas y Universitarios, el cual en 1969 dio de qué hablar, aunque al final demostró su valía con el conjunto de Coapa al proclamarse campeón de goleo tres años en fila.
Jugador de dos Copas del Mundo (1966 y 1970), Borja también trascendió en el terreno directivo, como presidente del Necaxa, Tigres y de la Federación Mexicana de Futbol.
Un futbolista íntegro en la cancha y todo un caballero fuera de ella, a sus 78 años, el apodado Cyrano recuerda con cariño su paso por Universidad Nacional, el club que le abrió las puertas para cimentar una exitosa carrera.
¿Qué me puede decir si le digo el Club Universidad?
El Club Universidad para mí fue, como dicen, mi primera novia en el futbol. Gracias a los Pumas por haber sido el equipo que me dio la primera oportunidad de cumplir un sueño. Tú sabes que todos los niños nacemos con un sueño de algo y yo tenía el sueño de ser futbolista.
Entonces, ¿qué significa la primera gran oportunidad?
El cumplir un sueño. Cuando llegué a México me dicen: ‘te quieren hablar de Pumas’. Y hablo con Pumas y salgo con mi primer contrato. ¿Cómo no voy a recordar lo que es Pumas? Desde la llegada al equipo, el estar en cierto momento con mi brother de toda la vida, mi amigo y compañero Aarón Padilla, en paz descanse; el recibimiento de mis compañeros, la gran oportunidad de estar con un equipo en Primera División. Entonces cuando llego a Pumas tengo todo el cariño y el agradecimiento. Solo puedo decir: gracias Pumas, por la primera gran oportunidad de mi vida.
Cuando se acuerda de esos momentos, ¿no se le enchina la piel?
Sí, porque son cosas que las diré mil veces. Yo estuve nada más en dos equipos. Primero en Pumas y luego en América. Después fui presidente de otros equipos: Necaxa, Tigres, San Luis, luego selección nacional y todo. Pumas me dio la gran oportunidad y después me convertí en leyenda en el América. También estoy agradecidísimo con el América y con Emilio Azcárraga Milmo. Para mí, después de mi papá, él fue la persona más significativa para mí dentro y fuera del América.
Hoy hay rivalidades muy marcadas. Evidentemente, la de los dos equipos de sus amores y también con el Equipo del Pueblo, el Atlante.
El Atlante era un equipo que le gustaba mucho a la gente, estaba encaminado para el pueblo, pero yo creo que el sentido del Guadalajara es diferente, porque es el equipo de México.
Un día, cuando todavía no debutaba con Pumas, un amigo me dice: ‘oye, ¿por qué no vamos al hotel donde se concentra el Guadalajara? Llegamos y de repente salen algunos jugadores, entre ellos Nacho Calderón. Me dice mi amigo: ‘corre para pedirle su autógrafo’. Ya ahí, Nacho le dice: ‘ahorita te firmo, espérate tantito porque acabamos de comer’. Cuando oigo eso, me pongo frente a Nacho y le digo: caray güey, ¿por qué no le firmas? Yo te voy a meter goles cuando juegue, vas a ver. Y me echo a correr.
Curiosamente, cuando debuté en Pumas me enfrenté a él y le metí gol. Somos grandes amigos hasta la fecha.
Otro amigo del que tengo un recuerdo cariñoso de selección fue Chava Reyes. ¿Por qué? Porque a mí Chava me recibió Chava muy bien siempre, me dio una sobreprotección en el buen sentido. Yo inclusive le decía apá, y a su esposa le decía má, por el cariño y el respeto que les tenía.
Cuénteme algo de sus chavas, usted era un galanazo.
No tenía chava, me importaba mucho el futbol; después tuve una novia, pero después terminé con ella. Realmente mi primer amor fue Sagrario (Baena). Hasta que conocí a Sagrario supe lo que era un amor, fue un amor a primera vista. La conocí en un programa de televisión, me la presentaron y ahí comenzó todo.
¿Qué recuerda de lo todo lo que se decían en la cancha, lo provocaban mucho?
Sí, pero yo nunca les contesté nada, ¿y sabes por qué? Porque sabía que cuando les metía un gol les dolía más que si les mentara la madre. En los partidos siempre estaba concentrado, trataba de que no me dieran patadas. Todos los que hablan de mí por eso me respetaban, porque nunca contesté los insultos. Trataba de no estar cerca de ellos porque sabía que me iban a empujar, lo único que me importaba es que la pelota entrara a gol.
Para usted, ¿cuál es la mejor época de Pumas?
Hubo varias épocas buenas de Pumas. Cuando yo estuve, había quedado campeón goleador Etcheverry y yo fui subcampeón. Pumas ha hecho campañas extraordinarias y ha quedado campeón, como con Hugo Sánchez al frente y Aarón Padilla de presidente con Arturo Elías; ha tenido épocas brillantísimas, hermosísimas. Para mí, Pumas es una vida, toda mi juventud, hasta que me voy al América, pero yo no pude ser campeón con los Pumas.
Las mejores épocas son cuando era cantera de la selección nacional, no solamente por haber ganado campeonatos, era la cantera del futbol mexicano, casi en la mayoría de los equipos había jugadores de Pumas y luego cuando hablabas de selección, se formaba con la gran cantidad de sus jugadores, por eso qué bueno que están regresando también a las bases de crear jugadores.
ZZM