Con Luis Ángel Malagón y una cuota de fortuna le basta al América para llevarse un triunfo que le cayó del cielo, se podrá decir que es injusto, que no lo merecía, que jugó para no perder y que se sacó la lotería, si todo eso, pero al final de cuentas el que metió el gol fue el cuadro de André Jardine y el que se cansó de perdonar fue el de Miguel Herrera. Las Águilas arrancan su defensa del título con una victoria de 2-0 sobre el Tijuana.
Ya se sabía que no comparecería el plantel estelar. Como se esperaba, la imagen de las Águilas no estuvo ni cerca de lo que ofreció el curso pasado, no se le puede pedir lo mismo cuando el equipo estuvo compuesto en su mayoría por jugadores de la segunda línea, pues solo Malagón fue titular en la final ante Tigres.
Los números fríos arrojan un dominio claro de los Xolos, más de 30 tiros, pero cero goles. A los de Coapa les bastó un soberbio Malagón, la fortuna y la fe de Reyes. Mucho premio, pero el músculo del campeón sale a flote.
El once que mandó Jardine tuvo sus detalles, pues América arrancó con 11 mexicanos, con el Chicote Calderón estrenándose como lateral izquierdo, igual que Illian Hernández como delantero, los dos refuerzos que han llegado para este curso empezaron a vivir lo que es defender la playera americanista.
Sin embargo, el juego estuvo cargado a favor de Xolos, los fronterizos arrancaron mejor, con más posesión de pelota y con un plan más definido. No había noticias de América en ataque, porque le costaba mucho al equipo engranar jugadas, más pendientes de destruir que de construir, los azulcrema carecieron de un jugador que fuera su hilo conductor. Desde la banca Jardine los hacia mantener la tensión, sus gestos invitaban a sus jugadores a formar un bloque más junto en defensa y el brasileño aplaudía los esfuerzos.
Castañeda, Rivera y González fueron los jugadores que estuvieron más cerca del gol, pero en algunos de sus intentos se levantó la figura de Malagón, el portero mostró su empaque y jerarquía y fue generando un poco de frustración en los fronterizos.
América llegó al descanso con el empate a cero, buen resultado para un equipo alterno, porque el encuentro seguía en el aire. De nuevo fue Tijuana el que mejor pulso mostró y de nuevo Malagón se levantó como figura, cuando reaccionó a un tiro de Castañeda que se desvió en un defensa y luego manoteó la bola para evitar un contrarremate.
No olía la pelota América, porque le duraba un suspiro en los pies, no hilaba pases y, por ende, tampoco encontraba una jugada en ataque. Acabó agazapado América, pero mantenía el cero; entonces llegaron dos acciones que cambiaron todo. Primero Reyes controló una pelota, fue avanzando y cuando estaba a punto de ahogarse le pegó con la zurda, el balón rebotó en un defensa, se elevó y techó a Toño. Al 89’, el América se encontraba con un triunfo completamente inesperado.
Y en el añadido, lejos de llegar a reacción de Xolos lo que se dio fue el segundo de América. Ver para creer, Chava Reyes apareció en la zona de ataque y volvió a sacar un tiro que se le fue a Toño Rodríguez. Ver para creer, el mismo jugador que la semana pasada estuvo en la rampa de salida se erigía como héroe en la frontera. El americanismo era una fiesta, con un equipo alterno lograba un triunfo de oro puro.
Se podrá pensar que América pecó de exceso de confianza, que logró un resultado inmerecido, como sea, los tres puntos son para el campeón que sigue de fiesta. La semana que entra, en el estadio Azteca, se espera que se muestre el plantel estelar.
RGS