El fútbol paraguayo se sacudió este lunes al conocerse que la Comisión Disciplinaria de la FIFA sancionó de por vida a Marco Trovato, presidente del Olimpia, por manipulación de partidos y por faltar a su obligación de cooperar durante el procedimiento disciplinario.
No es la primera vez que la entidad matriz del balompié mundial sanciona a un presidente o expresidente del club más laureado del fútbol paraguayo.
Ocurrió lo mismo en el 2004, cuando en septiembre de ese año la FIFA decidió sancionar a Osvaldo Domínguez Dibb, extitular decano, por un periodo de cinco años.
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La sanción a ODD fue por llevar a la Justicia Ordinaria cuestiones deportivas (demanda judicial contra miembros de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) por lesión de confianza, estafa, apropiación, por haber liberado el pase del futbolista Julio César Cáceres), algo prohibido por el principal organismo rector del fútbol mundial.
Si bien Osvaldo ya no era presidente decano cuando recibió la sanción, ni lo era cuando presentó su denuncia contra directivos de la APF, la FIFA aseguró que “el origen de los acontecimientos (caso Cáceres) existía claramente antes de la dimisión de Osvaldo Domínguez Dibb”.
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Aún queda mucha telar por cortar en el caso Trovato. Lo cierto y concreto es que se trata de un golpe duro e histórico para la imagen del fútbol paraguayo.