El hinchaje por Universitario se dio en Chimbote, tras la partida de sus viejos al norte chico, allá por la segunda mitad de los 70; era parte de los niños cremas que querían a Lolo y amaban a Germán. Todos querían ser como Leguía y Chemo no era la excepción.
LEE MÁS | “Rodrigo Ureña es un líder positivo, esa garra es la identidad que tiene la ‘U’, de entregarte por completo, al máximo”
Él es hincha de la ‘U’ y es parte de la legión de los cremas de la primera hora, pero carga la cruz de haber dirigido a Cristal, el “enemigo” de los años 90. Chemo argumenta que esa década la pasó fuera de Perú, que cuando él partió a España el único rival era Alianza (del que nunca sería parte) y que Cristal era “como Boys o como Muni” (sic). No entendía imperdonable el paso al banquillo celeste, pero la Trinchera pensaba diferente: insultos a él, dedicatorias a su familia y monedazos el día en que enfrentó a la ‘U’. El fanático que se metió a la cancha era de pronto el tránsfuga que se volvió rimense.
Claro, el odio a veces viene en relación directa al amor y a Chemo lo amaron como al hermano del ‘Puma’ Carranza que parte al extranjero con la promesa de volver. Y aunque lo hizo y salió campeón, hubo demostraciones de fidelidad eterna, como meterse a Norte a tocar el bombo, que lo volvieron “uno de ellos”. Y bajo esos códigos “uno de ellos” nunca se iría al Cristal. Ergo, si lo haces, traicionas, y si traicionas, no hay regreso.
Frente al aniversario y la pregunta de si debe estar, yo creo que sí. Porque fue un jugador caracterizado del club, porque fue el más destacado de su generación en el extranjero, porque puso hasta de su bolsillo por pagarle al plantel adeudado en el 2002 y hasta porque le debemos, en su etapa de técnico, la promoción de Polo y Flores, baluartes actuales detectados por él. Nunca es una obligación hacer debutar a dos chicos de 17 años y él lo hizo.
Chemo ama a la ‘U’. De un modo genuino y real. Su caso no se compara al de Oblitas o algún otro -incluso Ferrari- que pasó a Cristal, porque él hizo demostraciones públicas de amor a la Trinchera que los otros no; el caso de Chemo es particular y, a mi juicio, perdonable por el paso del tiempo -ya van casi 20 años de aquello- y por una suma de razones en las que su identificación es la principal. ¿Cuántos de los que hoy son hinchas de la U lo son por Chemo? ¿Cómo no pensar que así como él soñó ser Leguía, miles que hoy son cremas sueñan y soñaron ser Chemo en la ‘U’? En esa línea, tiene que ser perdonado, abrazado y reunido con los otros merengues históricos. Para mí no hay dudas.
Pero claro, yo no soy de Norte y tengo mi propia manera de entender el episodio Del Solar.