El karma de Peñarol 2022: casi un tercio de los goles del año pasado y lo salvan los penales

Tan importante como el gol es la falta de mismo. Cuando un conjunto de 11 voluntades no consigue plasmar en la red su idea, se siente frustrado, impotente.

Por ese camino está transitando el equipo de Mauricio Larriera. Lejos de las virtudes goleadoras del año pasado y también, del juego asociado.

Hoy en Peñarol impera el desorden en la cancha y eso es un pecado. Tan pecado como convertir pocos goles en un equipo grande.

Los resultados son los que últimamente han apoyado a los aurinegros que consiguieron tres victorias consecutivas en el Torneo Apertura. ¿Jugando muy mal? Sí, pero fueron nueve puntos que lo mantienen en el pelotón principal de los que buscan el título.

Camilo dos Santos

Larriera sabe de la importancia de los tres puntos contra Cerro Porteño

Todo lo contrario ocurre en la Copa Libertadores en la que este martes, desde la hora 19.15, se empieza a jugar la clasificación a octavos de final cuando enfrente a Cerro Porteño en el Estadio Campeón del Siglo. Aunque en el club tienen muy claro que para ello, ya no dependen de sí mismos.

Peñarol ha disputado 17 partidos oficiales desde el comienzo de la temporada el 30 de enero con la consecución de la Supercopa Uruguaya contra Plaza Colonia.

Si se toman en cuenta esos compromisos, convirtió solo 13 goles. El año pasado, en la misma cantidad de encuentros, había anotado 33, 20 más que en este curso.

En el Torneo Apertura, lleva anotados nueve goles, y parece que funciona a impulso de los penales, ya que cuatro de ellos, fueron convertidos por esa vía.

En 13 partidos oficiales por la actividad local –teniendo en cuenta la Supercopa Uruguaya–, Peñarol celebró 10 tantos, nueve en el Apertura y el que le dio el primer título del año en enero contra Plaza Colonia por la Supercopa que fue en contra.

AUF

Peñarol ganó la Supercopa Uruguaya en el último minuto del alargue y con un gol en contra de Plaza Colonia

En la misma cantidad de encuentros por el certamen doméstico el año pasado, había festejado 20, exactamente el doble.

Si se toma en cuenta la actividad internacional, en la actual edición de la Libertadores, Peñarol lleva tres tantos en cuatro compromisos disputados.

En 2021, en cuatro partidos –pero por Copa Sudamericana–, hizo 13, más de cuatro veces más.

El hombre que hacía la diferencia se llama Agustín Álvarez Martínez. El delantero brilló el año pasado y tanto fue así, que fue citado por el Maestro Óscar Tabárez por primera vez a la selección uruguaya mayor, en la que debutó con un gol en el Estadio Campeón del Siglo ante Bolivia.

El Canario, en los 13 partidos jugados en 2022 en lo local, anotó un solo tanto, terminando con una racha de 1.262 minutos sin goles cuando le convirtió a Montevideo City Torque en el Estadio Centenario.

Norberto Duarte / AFP

Álvarez Martínez en el pasado partido contra Cerro Porteño

Pero este Álvarez Martínez juega en otro Peñarol. Es la misma camiseta, el mismo escudo y el mismo técnico, pero juega muy solo en ofensiva. Ni el mejor delantero del mundo podría convertir goles de la forma en la que lo hace jugar Larriera hoy a este equipo, sin desbordes por los laterales, ni extremo en el lado izquierdo, ya que a Federico Carrizo lo hace jugar en una posición híbrida en la que no puede mostrar su juego y no colabora con el conjunto.

Entonces al Canario se le puede exigir, pero hasta cierto punto. En 2021, con Joaquín Piquerez y Facundo Torres por izquierda, y con Giovanni González y Agustín Canobbio por derecha, Álvarez Martínez había anotado siete tantos. La diferencia es enorme.

Lo mismo sucede en lo internacional. En esta Copa Libertadores, el delantero aún no anotó en ninguno de los cuatro encuentros, mientras que el año pasado, en la misma cantidad de cotejos, ya llevaba cuatro. Al finalizar el certamen, con 10, sería el goleador de la Sudamericana

Como se puede apreciar, las diferencias en materia de goles son muy importantes entre 2021 y este año. La clave está en la gestación de juego y en no correr todos detrás de la pelota, algo que se está haciendo costumbre en los carboneros.

No quiere sufrir

Con la casi segura vuelta del zaguero Edgar Elizalde al equipo titular –luego de que no pudo jugar por lesión el pasado viernes contra Plaza Colonia–, Peñarol va por una victoria impostergable contra Cerro Porteño.

Todo lo malo que ha mostrado hasta el momento, quiere dejarlo atrás y busca mostrar otra cara.

En pocas palabras, no quiere sufrir los partidos, como le viene sucediendo.

Ramón “Cachila” Arias se encuentran saliendo de una lesión y será esperado hasta último momento.

AFP

Edgar Elizalde corre con chance de volver a la titularidad en Peñarol

Por su parte, Rodrigo Saravia tiene chance de ser titular en el medio de la cancha carbonera.

Justamente este último tiene chances de ser titular.

En la ofensiva, el técnico casi seguramente opte por un punta más que juegue junto a Álvarez Martínez, y por allí pueden ingresar Lucas Viatri o Ruben Bentancourt, aunque según pudo saber Referí, probó el equipo con el juvenil Máximo Alonso en lugar de Federico Carrizo.

Peñarol va por un triunfo que lo mantenga vivo en un grupo muy parejo y en el que, además, los rivales no mostraron ser nada del otro mundo. Pero todos le ganaron.

Larriera y sus jugadores se aferran a la idea de conseguir las seis unidades que le quedan como locales, y luego esperar por otros resultados para ver si tiene la suerte de que esa dependencia de otros, lo ayude, como viene ocurriendo en el Apertura en el que se han alineado los astros para seguir creyendo en el título.

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