Cuando Yuriel Celi recién nacía, Mauricio Montes debutaba en la Primera División con la camiseta de Alianza Lima. Han pasado 17 años y hace un mes ambos compartieron vestuario en la Sub 23 que nos representó en los últimos Juegos Panamericanos Lima 2019. Esta brecha generacional no solo destaca la vigencia de Montes sino la madurez temprana de uno de los proyectos futbolísticos más serios que tienen las selecciones peruanas. Yuriel aún no tiene DNI azul, pero su indiscutible talento encontró muy rápido un documento de identidad.
"Hay que cuidar a Yuriel, es un crack que ha madurado muy rápido por las adversidades que tuvo en la vida", nos explica Daniel Ahmed, jefe de la Unidad Técnica de Menores de la Federación Peruana de Fútbol. El técnico argentino, con contrato vigente en Videna hasta finales de año, ha seguido con calma y asombro el crecimiento de Celi desde su etapa de Sub 15. Nacido en el Callao, todo apunta a que la carrera del volante podría llegar a buen puerto.
Para que Yuriel Celi explote sus capacidades hay un plan de seguimiento y otro de asesoría personal, con los entrenadores que ha ido sumando en su todavía corta carrera. Desde Carlos Silvestri en la Sub 17 hasta Nolberto Solano en la Sub 23 hay una conclusión unánime: Celi es polifuncional, aunque siempre será mejor que juegue de mediapunta (es decir, podría tomar el relevo de Cueva si mantiene esta feliz línea de carrera).
Yuriel Celi, joven promesa de la #Liga1Movistar, debutó en la máxima categoría del fútbol peruano con la camiseta de @ACantolao. Integra la @SeleccionPeru Sub 23 en los Juegos Panamericanos Lima 2019. ⚽️🔥 pic.twitter.com/fHB8SsTpND
— Liga1 Movistar (@Liga1Movistar) August 2, 2019
En Videna, sin embargo, también saben que historias como las de Yuriel a veces desvían el camino. Por eso hay que cuidarlo, por eso desde la Unidad Técnica de Menores tratan de darle la contención no solo deportiva sino también anímica.
Desde Reimond Manco hasta el mismo Jean Deza son ejemplos de que si la habilidad se detecta muy temprano lo mejor es tener un plan de acompañamiento hasta verlos consolidados como futbolistas profesionales. Cuando fueron Sub 17 y Sub 20, Manco y Deza apuntaban a una carrera en las ligas más importantes de Europa. Ambos se fueron del Perú cuando recién cumplían la mayoría de edad y hoy intentan mantenerse vigentes en la Primera División.
Sin importar que exista un microciclo de las selecciones juveniles, Yuriel Celi se mantiene en contacto con los entrenadores de la Federación que han estimulado su crecimiento. Almuerza con ellos, dialoga con frecuencia y mantiene el contacto más allá de una charla técnica. Celi no solo está dentro del universo de los posibles convocados para el Preolímpico del 202o, sino que es observado por el comando técnico de los mayores. Sí, Gareca ha pedido que nadie pierda de vista a Yuriel. La aprobación de este muchacho del Cantolao es unánime.
Desde las calles de Santa Marina Sur del Callao, Yuriel Celi, siendo aún un niño, se despertaba antes que salga el sol para llegar a los entrenamientos del club del delfín. Cuando los botines se maltrataban, allí aparecía su madre, Melissa, quien organizaba colectas para que Yuriel no se pierda un solo campeonato. "Desde muy chico jugaba en las pistas y sin zapatos", explicaba Celi días después de su participación en el Sudamericano Sub 17, donde anotó tres goles.
Yuriel Celi fue una de las grandes sorpresas en la convocatoria para los Juegos Panamericanos 2019. (Foto: Cantolao).
Yuriel es la postal de esta nueva generación de futbolistas que, bajo la dirección técnica de Silvestri, se quedó fuera del mundial de la categoría por diferencia de goles. Su padre falleció hace dos años y ahora sus goles no solo los celebra con su mamá sino también con su tía, esa hincha incondicional que en un partido con Bolivia saltó a la cancha de la Universidad San Marcos para darle un abrazo del alma.
"A veces por querer hacer las cosas bien y por querer ser el héroe, te conviertes en el villano. No fue mi mejor partido, pero nunca bajé los brazos", dijo el volante cuando Perú eliminado en los Juegos Panamericanos. Era el menor del plantel, pero fue uno de los primeros en pedir disculpas al no cumplir el objetivo.
Yuriel Celi sigue siendo arropado por esa hinchada incondicional de su misma sangre que sigue sus pasos ahora en la Primera División con Cantolao. Su otra familia está en la Videna, ese centro de entrenamiento donde nadie lo ha perdido de vista. La ilusión de quienes más lo quieren -y de todo el Perú- es verlo ganador en el corto plazo. Quizá gritando más goles, quizá con una banda de capitán. El destino a veces se disfraza de coincidencia. El segundo apellido de Yuriel es Guerrero.