Debido a los incidentes que se produjeron en una de las tribunas populares del estadio Maracaná, entre hinchas argentinos y policías brasileños, el partido entre Brasil y Argentina, por las Eliminatorias para el Mundial 2026, fue demorado por varios minutos.
En medio del problema, que se suscitó poco antes de que ambos seleccionados ingresaran al campo de juego, los equipistas argentinos se acercaron a la tribuna para pedirle calma a sus hinchas, que en ese momento denunciaron haber sido reprimidos violentamente por los agentes locales.
Como la situación no se calmaba, pese al pedido de los jugadores, Lionel Messi, capitán argentino, tomó la decisión de retirar a su equipo de la cancha ante la falta de garantías para la realización del compromiso.
“Nos vamos”, dijo el astro albiceleste, a lo que el resto de sus compañeros decidió seguirle los pasos con dirección hacia los camerinos.
Después de varios minutos, y con la certeza de que la situación estaba controlada por parte de las autoridades locales, los jugadores argentinos regresaron a la cancha del Maracaná para disputar el compromiso.
El árbitro chileno Piero Maza hizo sonar su silbato para el inicio del juego a las 7:58 p.m. (hora peruana), es decir, con 28 minutos de retraso (el juego estaba programado para las 7:30 pm).