Aunque su abdomen ha adquirido una ligera redondez propia del retiro, a los 46 años su melena rizada luce impecable y aporta vigencia a la figura de aquel rudo defensor al que apodaban ‘Tarzán’. Fue un futbolista icónico, pero sin camiseta todavía podría evocar a un guerrero Atila o a un boxeador con mirada de fuego. Capitán del que es concebido el mejor Barcelona de todos los tiempos y un líder absoluto para Messi, Carles Puyol ha dejado el fútbol hace una década, pero el fútbol nunca lo ha abandonado. Por estos días tuvo un paso fugaz por Lima, donde padeció del tránsito caótico para cumplir con una iniciativa privada por la inclusión de niños y niñas a través del deporte rey. Esta es la crónica de un encuentro con el temperamento hecho persona.
En una época de figuras sofisticadas y estilos refinados, pulidos obsesivamente hasta el punto máximo de perfección, Carles Puyol edificó su leyenda con esa naturalidad de saberse un futbolista sin otra cualidad más que el carácter competitivo. Fue un revolucionario incluso para la estética. En la cancha siempre un embajador de los buenos modales hasta que la pelota se ponía en juego y se transformaba en un defensa feroz. Intratable.
El tráfico limeño le ha jugado una mala pasada. Es casi las 3 de la tarde y todo va quedando listo en la cancha principal del Estadio Municipal de La Molina. Más de 90 niños y niñas provenientes de ocho países están reunidos gracias a una iniciativa de Scotiabank, que desde el 2016, ha beneficiado a más de 45,000 menores en América Latina y el Caribe, incluyendo a más de 10,000 en el Perú.
La excusa es el fútbol pero el objetivo es inclusión social y la generación de un impacto positivo a través de talleres lúdicos de educación financiera, diseñados para aprender conceptos básicos que les ayuden a tomar mejores decisiones económicas en el futuro.
—Son solo cinco minutos—, advierten.
Hace unos minutos, una camioneta 4x4 blanca de lunas polarizada lo ha dejado al borde del campo de juego. Le ha tocado a travesar toda la cancha y desplegarse entre saludos y presentaciones. Puyol es el responsable del discurso de clausura de un evento que estaba programado para las 3 de la tarde. Lleva 30 minutos de retraso y todos coinciden con que es difícil moverse por Lima más aún si es un viernes por la tarde.
El sol domina con intensidad a estas horas de la tarde. Advertidos del ruido por los parlantes instalados y la bulla propia de los partidos de fútbol, los gestores de prensa aceptan la propuesta de realizar la entrevista antes de la ceremonia protocolar. Aceptamos.
Carles Puyol se desplaza vestido completamente de negro: un polo camisero, un jean y zapatillas. Solo su melena ligeramente color castaño rompe ese estilo monocromático del que también se rigen su reloj y un anillo que lleva en el dedo anular de la mano derecha.
—Hola, soy Carles Puyol—, dice con voz de mando y una sonrisa solo empañada por los rayos del sol que lo obligan a llevar el ceño fruncido. Extiende la palma derecha y el apretón de manos dista mucho de aquella agresividad responsable con la que solía moverse dentro del área.
Puyol se ubica en la posición señalada por el área de prensa, se acomoda rápidamente el cabello y queda dispuesto y de pie para una entrevista que cronometrada con rigor, duraría 5 minutos 29 segundos.
¿Qué tiene Puyol que inspira tanto a los niños?
Yo he sido muy afortunado de poder hacer lo que más me gustaba era entrenar y jugar al fútbol, poder estar en un equipo como el Barcelona que tiene repercusión mundial, intenté siempre dar el máximo, jugar de una forma limpia, honesta, siendo consciente de que somos ejemplos para millones de niños y niñas, entonces tenemos una responsabilidad. Creo que el respeto, el esfuerzo, la constancia, la perseverancia, creo que son muy importantes, no solo en el deporte, sino también en la vida.
¿La igualdad crees que se logré en el fútbol femenino?
Creo que sí, ya se están dando grandes pasos, aun queda, pero para eso están iniciativas como estás, de Scotiabank, donde pueden participar niños y niñas en el mismo equipo, tiene que haber igualdad, darle las oportunidades, darles recursos y el fútbol femenino va a seguir creciendo muchísimo, el ejemplo está en el Fútbol Club Barcelona que creo ha confiado, se ha apostado, se les ha dado los medios y los resultados están ahí.
¿Cómo se siente de volver al Perú?
Bien, muy bien, aquí siempre me han tratado muy bien, es un país maravilloso, la gente es muy amable, me cuidan muy bien, me llevan a lugares muy buenos y por supuesto, la comida la peruano es muy buena, he probado ceviche que es por supuesto ya uno de mis platos preferidos.
¿Será muy difícil volver a un nuevo Messi o Cristiano?
Por supuesto, pasará mucho tiempo para ver a otro Messi o Cristiano, porque son jugadores jugadores impresionantes que no salen todos los años, hay otros jugadores que también pueden aportar muchísimo y tener mucha calidad, pero lo que han hecho Messi y Cristiano es muy difícil de igualar porque han sido mucho años estando al máximo nivel.
¿Qué peruano que vio o enfrentó que le sorprendió?
Paolo Guerrero, Farfán y Claudio Pizarro también. Muy buenos jugadores, a alguno me hubiera gustado tener de compañero seguramente. Paolo es un guerrero, pero a Pizarro en Bayern lo recuerdo mucho. El futbolista peruano tiene buen toque, siempre se ha caracterizado por eso, hay que sumarle siempre sacrificio, lealtad y mucho trabajo, cuando uno disfruta del juego se nota, Perú lo hacía muy bien con Gareca, debe recuperar esa esencia.
¿Cree que ahora es más difícil mantenerse en la élite a mayor edad, se lo pregunto porque Paolo todavía juega con casi 41?
No, yo creo que todo ha evolucionado mucho, ahora se miran los pequeños detalles, antes era más el entrenamiento en el campo. Y ahora ya también se mira el descanso, alimentación, suplementación, los entrenamientos están muy medidos, eso ayuda a que puedas tener un carrera más larga.
¿Por qué cree que al peruano le cuesta cada vez más llegar a la élite?
Al final si tú tienes las características, y luego pones todo lo que hay que poner, puedes llegar. Lo que sucede es que hay un filtro natural, ser futbolista profesional requiere de mucho sacrificio, de mucha renuncia, y el que no está dispuesto de renunciar, se quedará en el camino. La mentalidad es muy importante.
Terminó el tiempo. La sesión fotográfica fue de dos minutos. Son las licencias propias de una leyenda viva del fútbol que minutos después deberá padecer nuevamente el tráfico de Lima para volver a su hotel y luego emprender su viaje hacia Machu Picchu, donde sería visto haciendo su respectiva cola para adentrarse en el maravilloso santuario cusqueño.