Su deseo de cruzar la frontera fue más fuerte. Es así como el pasado 14 de marzo, tres migrantes, dos hombres y una mujer, tomaron la decisión de pasar la frontera entre México y Estados Unidos por rutas peligrosas y remotas, tal como lo informó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).
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Sin embargo, lamentablemente, estos tres inmigrantes perdieron la vida en sucesos que ocurrieron en dos incidentes separados, según el reporte del CBP. Ambos sucesos ocurrieron en la región de la frontera sur, cerca de California.
Tres migrantes fallecieron al intentar cruzar la frontera
El primer incidente tuvo lugar en un camino de camiones en Cuchama, en el desierto de Otay, cuando los agentes de la Patrulla Fronteriza respondieron a un llamado de emergencia. Al llegar, encontraron a dos mujeres; una de ellas ya había muerto, mientras que la otra fue quien solicitó ayuda.
Pocos minutos después, en menos de una hora después, los agentes acudieron a otro rescate en la zona montañosa de Otay, donde tres migrantes informaron que se encontraban perdidos y presentaban síntomas graves de deshidratación y agotamiento. Al llegar al lugar, los agentes hallaron a una joven de 16 años y a dos hombres sin vida, uno de los cuales era el padre de la menor.
Dicha tragedia subraya el peligro extremo al que suelen enfrentarse los migrantes que intentan ingresar a Estados Unidos a través de rutas que cruzan terrenos inhóspitos, sin acceso a recursos básicos como agua y comida. Las condiciones extremas del desierto y las montañas, combinadas con la falta de asistencia y las políticas migratorias restrictivas, han aumentado significativamente los riesgos para quienes optan por estas rutas para cruzar ilegalmente la frontera.
Al día siguiente, el 15 de marzo, otro migrante fue rescatado gracias a la intervención de un helicóptero del Ejército de Estados Unidos, después de sufrir una lesión en el tobillo que lo dejó varado en la misma región. Los esfuerzos de rescate continúan siendo cruciales para salvar vidas en la zona fronteriza, pese a las dificultades para acceder a estos migrantes aumentan debido a las complejidades geográficas y la falta de recursos.
Las autoridades locales, en este caso, la Oficina del Alguacil de San Diego, asumieron la investigación de los fallecimientos. Las dos migrantes rescatadas en el primer incidente fueron puestas en proceso de deportación, según el comunicado emitido por la CBP.
Los defensores de los derechos de los inmigrantes han señalado que las políticas de control migratorio, implementadas principalmente durante el gobierno del expresidente Donald Trump, están llevando a los migrantes a tomar mayores riesgos en su intento de cruzar la frontera.
La presión por acceder a Estados Unidos, combinada con las restricciones legales, ha empujado a que muchos inmigrantes, sin medir el peligro, pongan en riesgo sus vidas y recurran a rutas más arriesgadas.