ROSTOV ON DON -- Engendros de sus propios fracasos. Con pasajes de dudas. De penitencia. De contrición. Y de fe...
Cuando el horizonte atracaba en el juego de este sábado ante Corea del Sur, el auditorio de conferencias de prensa de la Arena Rostov terminó por convertirse en el plazuela de un ceremonial de expiación pública y genuina.
Juan Carlos Osorio, técnico de México, y Andrés Guardado, capitán del Tri, los protagonistas del exorcismo público de los fantasmas del 7-0 ante Chile, del 4-1 ante Alemania y de la eliminación en la Copa Oro ante Jamaica.
Andrés Guardado toma a la bestia por los cuernos. Los tres resultados, se le explica, han sido mecanismos de ajusticiamiento recurrentes en los medios.
“Gracias a esos resultados hemos llegado adonde hemos llegado. Gracias a esos momentos difíciles y gracias a esos fracasos hemos madurado y aprendido, y hemos conseguido iniciar como iniciamos el Mundial (venciendo a Alemania)”, subraya.
“No estoy diciendo que no habríamos conseguido arrancar de esa manera el Mundial, pero todo eso fue un parteaguas, un momento, y entendimos que no hay nada -que no debe haber nada- que nos haga dudar de nuestro objetivo, y prueba de ello es que arrancamos de esa manera el Mundial, convencidos. Esos fracasos nos fortalecieron”, dijo Andrés Guardado.
LAVADO CON LLANTO...
Juan Carlos Osorio revisa el tema. De entrada se solidariza con cada una de las reflexiones de Andrés Guardado.
“Y el 7-0 fue un accidente, y sabemos que, cualquier día, cualquiera le gana a uno. Y voy más lejos: cualquier día cualquiera lo pueden golear a uno. Por eso aprendimos a tener un Plan A y un Plan B, y para mañana (hoy ante Corea del Sur) también tengo un Plan A y un Plan B”, explica.
Recuerda que antes del 7-0, México había vencido a Chile en un amistoso. Y “equivocadamente creí que debía jugar con talento contra talento. Aprendí que en la victoria somos arrogantes y nos la creemos. En aquella ocasión decidí jugar con Hirving Lozano, y hoy, el tiempo, me demuestra que tomé una decisión correcta”.
El mismo Osorio explica que el 4-1 ante Alemania en la Copa Confederaciones dejó una constancia de aprendizaje utilizable posteriormente para el debut en la Copa del Mundo, y enfatizó la disciplina, el orden y la devoción de los jugadores para ejecutar el plan en el 1-0 sobre los teutones, desde los que iniciaron, hasta los ajustes de Edson Álvarez y Rafa Márquez.
Respecto al descalabro ante Jamaica en la Copa Oro, Osorio también rescata a la legión de aquel doloroso traspiés en Semifinales, y ejemplifica con jugadores que, de aquel desastre, hoy están en la Copa del Mundo Rusia 2018: Jesús Gallardo, Erick Gutiérrez, Edson Álvarez y Hugo Ayala.
DEL LLANTO... ¿AL ADIÓS?
Con la voz variando en modulación conforme aumentaba sus reflexiones, Juan Carlos Osorio reconoció que tras el 7-0 “lloré y he llorado, y por eso agradezco (a Dios) por haber resistido todo eso, pero ha sido una experiencia que no cambiaría por ninguna otra”.
Y no se puede evitar esa sensación de despedida al subrayar que todas estas vivencias “me están preparando para cualquier otro reto futbolístico”.