Por más importante que sea en un tiempo de vacas no tan gordas como las de alrededor de una década atrás, es imposible hablar de los cinco años que pasaron desde que Roland Garros tuvo en su tercera ronda al menos a tres argentinos sin antes hacer una pintura del drama que se vivió esta mañana en la cancha 2. Porque en esa hora y media de acción pasó absolutamente de todo y el nombre del ganador se pareció inclinarse primero para un lado pero luego lo hizo para el otro. Pero lo cambiante de la situación no fue por el juego en sí sino por lo que ambos protagonistas sufrieron con su físico, el factor que, en definitiva, fue el desencadenante del resultado final. En definitiva, Juan Martín Del Potro ganó su segundo partido consecutivo en su regreso al segundo Grand Slam de la temporada donde había jugado por última vez en 2012 y así se sumó a Diego Schwartzman y Horacio Zeballos. Aunque tuvo que sufrir el tandilense. Como sufrieron una y cada una de las casi 1.500 personas que, a pleno rayo de sol, atestaron esa cancha ubicada a un costado de la Plaza de los Mosqueteros y a la sombra del gigante Philippe Chatrier.
El llanto desconsolado de Almagro conmovió a todos
Esa imagen de Nicolás Almagro llorando como un chico, tirado sobre el polvo de ladrillo primero y en su camino final hacia la silla después previo saludo a Del Potro y al umpire para decretar su abandono fue una de las postales de la quinta jornada del torneo. Como lo resultó también esa foto en la que el argentino eligió sentarse a su lado y consolarlo con caricias sobre su cabeza y diciéndole al oído que el sentido de la vida, en definitiva, pasa por otro lado. Sabe bastante del tema, Del Potro. Y por eso no dudó en tener ese gesto...
MIRÁ LAS FOTOS EN HDFue un partido con matices propios hasta que el ganador sintió una molestia en el aductor de su pierna derecha cuando en el 4-1 del primer set forzó su cuerpo para volver al contrapié sobre su revés. Hasta ese momento todo había favorecido a Del Potro, que mandaba con su saque y su drive y que hasta se animó a pegar un par de reveses paralelos que sorprendieron al español. Sin embargo resultó otro el desarrollo una vez que Almagro quebró el saque del adversario (había perdido intensidad y, por lo menos, la mitad de su movilidad y así le costaba invertirse para pegar su derecha) en el cuarto game del segundo set y el argentino pidió “tiempo médico” para tomar un desinflamatorio que actuara lo más rápidamente posible sobre la zona que le molestaba. Y ahí el encuentro se convirtió en algo absolutamente distinto cuando el murciano se quedó parado luego que Del Potro ganara el primer game del tercer capítulo. Entonces la rodilla izquierda -la misma que lo había obligado a retirarse en el Masters 1000 de Roma frente a Nadal- dijo basta y Almagro sólo pudo mantenerse de pie en el juego siguiente porque con su servicio sólo utiliza la palanca de su brazo y casi no “exprime” sus piernas. Después, cuando le tocó sacar a Del Potro, se quedó definitivamente estático en el segundo punto. Y empezó a llorar...
Juan Martín Del Potro, con problemas físicos en el partido ante Nicolás Almagro. (AP)
“Fue un poco fea la sensación que me quedó de ver a un rival y a un gran tipo sufriendo. En esas situaciones hay que pensar que el tenis es secundario y que la salud está primero. Eso fue lo que traté de decirle a Nico en ese momento”, explicó después el vencedor ante la prensa.
Del Potro tendrá ahora que enfrentar a Andy Murray, el mismo con el que el año pasado protagonizó dos batallas memorables en la final olímpica de Río de Janeiro y en las semifinales de la Copa Davis en Glasgow. El partido será el sábado por lo que a la hora de salir a la cancha tendrá un día y medio para recuperarse y para que su kinesiólogo Germán Hünicken trabaje de manera muy intensa en la zona afectada. Del Potro dio un nuevo paso en Roland Garros y, como él mismo insistió, lo importante es seguir buscando “desafíos” sin plantearse objetivos concretos de un ranking o un torneo determinados. Claro que si está sano y con confianza, sabe que tiene armas como para ganarle a cualquiera. Incluso si enfrente lo desafía el número 1 del mundo.
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