Juan Paredes logró la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, un logro soñado para el ex boxeador a pesar de los pocos apoyos que había en el mundo amateur, y que a su regreso a México creía que su vida iba a cambiar, pero no fue así, la pobreza continuaba y al año siguiente tuvo que recurrir al profesionalismo.
Paredes recuerda que al arribar al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México lo recibió mucha gente.
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“Yo llegué con mi medalla colgada al cuello. Todos querían saludarme, y además estaban mis cuates de la infancia. Sobraban las felicitaciones. Foto tras foto. Que vente para acá, alza los brazos y enseña la medalla. En Azcapotzalco hicieron la cooperacha para adornar la calle. Al llegar me emocioné al ver una manta gigantesca que decía: Bienvenido... y fue la borrachera del triunfo”, dijo Paredes.
Tras el festejo, Juan volvió a la cruda realidad, y que era no contar con dinero ni para comer, por lo que tuvo que recurrir al entonces presidente del Comité Olímpico Mexicano, Mario Vázquez Raña, y quien le regaló 15 mil pesos.
“No había ni para frijoles. Yo tenía 80 dólares y se los di a mi mamá. Ya Erika iba a cumplir tres años y Juan venía en camino. Mi medalla, reluciente, estaba guardada en un fino estuche, mientras yo volvía a los viejos tiempos. El presidente del COM me regaló 15 mil pesos, y me dijo guárdalo, y le contesté que cómo guardarlo, si no tenemos ni para comer, por lo que, Vázquez Raña me indicó que pusiera una lista de lo que necesitaba”, señaló Paredes.
A los 15 días, Juan recibió muebles en su casa, y después recibió un departamento en Azcapotzalco. Ya un poco más tranquilo, Paredes regresó a los entrenamientos en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano, pero la preocupación seguía, y que era no tener dinero y con una familia que crecía, por lo tanto, el ex boxeador decidió dejar el amateur e irse al profesionalismo donde debutó el 8 de mayo de 1977.
En el profesionalismo no tuvo un paso exitoso y se retiró el 30 de marzo de 1989. En la era del presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, se impuso por ley que los medallistas olímpicos reciban una beca vitalicia, y desde ese entonces Paredes percibe mensualmente 10 mil pesos.