06/05/2024

También en los refuerzos que llegaron a cada uno de los equipos

Viernes 10 de Noviembre del 2017

También en los refuerzos que llegaron a cada uno de los equipos

En la rotación de los pitchers y en el trabajo de los relevistas estuvieron las claves de los triunfos y las derrotas. También en los refuerzos que llegaron a cada uno de los equipos hubo una gran diferencia. Los Dodgers contrataron al japonés Yu Darvish, los Astros llamaron al estelar Justin Verlander.

En la rotación de los pitchers y en el trabajo de los relevistas estuvieron las claves de los triunfos y las derrotas. También en los refuerzos que llegaron a cada uno de los equipos hubo una gran diferencia. Los Dodgers contrataron al japonés Yu Darvish, los Astros llamaron al estelar Justin Verlander.

Por Frank Maridueña

Al término de una competencia deportiva siempre quedan enseñanzas, anécdotas y cosas que comentar. Mucho más cuando la contienda fue muy pareja, reñida y dramática, tal como resultó la Serie Mundial 2017 de las Grandes Ligas.

Cuando José Altuve, defensor de la segunda base de los Astros de Houston, recogió un batazo rodado en terrenos del jardín derecho, se tomó una pequeña pausa para asegurar la precisión del tiro al primer cojín y consolidar el triunfo del séptimo juego por pizarra de 5-1 sobre los Dodgers de Los Ángeles. Así bajar el telón de una de las disputas más trepidantes y emocionantes de la historia, tal como lo aseveran las estadísticas.

El equipo tejano, fundado en 1962, logró la primera Serie Mundial en su historia al lograr dejar de ser uno de los equipos más perdedores y pasar, en esta temporada, a ser el tercer mejor equipo de las Mayores con 101 victorias en campaña regular, aunque en agosto perdieron 17 partidos de 28 por aquello de la curva descendente.

En los playoffs dejaron en el camino a los Medias Rojas de Boston y luego, aunque muchos creían que barrerían a los Yankees, la serie de campeonato se le puso a los Astros cuesta arriba y necesitaron de siete duelos para clasificar como monarcas de la Liga Americana. En el Clásico de Otoño, frente a los Dodgers, la lucha fue pareja, tanto que se empató en dos oportunidades. En cada encuentro los marcadores se alternaron y la ventaja pasaba de mano de un momento a otro, hubo necesidad de turnos extras y cambios múltiples de lanzadores.

Lo soberbio estuvo en la artillería por la gran producción de jonrones, tal cual ocurrió en la temporada regular. Pocas veces esa fase tuvo la característica de haber observado 6.105 batazos de cuatro esquinas. Se mantuvo la misma tónica en la postemporada y especialmente en la Serie Mundial, tanto que se debió llegar al juego número siete por lo cambiante de los marcadores y lo alternado de los triunfos.

Los partidos dos y cinco quedarán en el recuerdo, especialmente el quinto, resuelto en once episodios. Se emparejó en tres oportunidades, se conectaron ocho cuadrangulares y ambos equipos utilizaron catorce lanzadores intentando contener la avalancha ofensiva. Fue la supremacía de los bateadores sobre los lanzadores. En la rotación de los pitchers, en la combinación de los envíos y en el trabajo de los relevistas estuvieron las claves de los triunfos y las derrotas.

También en los refuerzos que llegaron a cada uno de los equipos hubo una gran diferencia. Los Dodgers contrataron al japonés Yu Darvish, los Astros llamaron a Justin Verlander. Mientras Darvish no respondió en las dos oportunidades que le encargaron la loma y fue explotado a palo limpio, Verlander fue más influyente y dominante. Al conductor de los Dodgers, Dave Roberts, no le pesó la mano al realizar 32 cambios de serpentineros, pero cometió el error de entregarle la apertura en dos oportunidades al japonés.

Si revisamos el rendimiento de Darvish y Verlander podremos hallar la razón del resultado final a favor de los Astros. Además, el estelar lanzador zurdo de los Dodgers, Clayton Kershaw –que de abril a septiembre es un semidiós– no mantuvo el mismo nivel de producción en la postemporada. Los californianos se apegan al estilo de armar su novena con base en contratar refuerzos con altas cantidades de dinero, pero los Astros tuvieron la paciencia de armar un equipo luchador y aguerrido con jóvenes talentos.

La pregunta que surge es: ¿ahora que los Astros de Houston son campeones darán inicio a una dinastía y generación que le permita conseguir otras series mundiales? Recordemos que desde que los Yankees de Nueva York se coronaron en 1998, 1999 y 2000, ningún equipo ha podido obtener ni siquiera dos títulos consecutivos en las Mayores. La misma interrogante nos hicimos el año pasado cuando los Cachorros de Chicagos aseguraron el clásico de otoño.

Es solo una casualidad o coincidencia –que no siempre está apegado a la realidad– que el equipo que tiene en su nómina más peloteros latinos siempre está cerca del campeonato. Los Astros tuvieron en su novena a Carlos Correa y Carlos Beltrán, de Puerto Rico; José Altuve y Marwin González, de Venezuela; y Yulieski Gourriel, de Cuba. Dos meses después del terrible impacto que generó el huracán Harvey en Houston, los beisbolistas de los Astros se convirtieron en la esperanza de reivindicación y símbolo de la recuperación de este desastre de la naturaleza. Mientras la ciudad pretendía sobreponerse, los peloteros de Houston salían a jugar con toda la concentración posible, y cuando regresaban a la ciudad, luego de partidos fuera de casa, ayudaban y colaboraban con los más afectados.

El viernes pasado la ciudad se lanzó a las calles Houston para recibir a los campeones. El recorrido previsto debió ampliarse para que los ciudadanos puedan ver a sus héroes. Se declaró un día feriado. Las autoridades escolares suspendieron las clases para que educadores, estudiantes y sus padres puedan aplaudir a los Astros. Estos peloteros, tan humanos y mortales, expuestos a errores, fueron capaces de entregarles una alegría a un inmenso sector, golpeado por el huracán y así el ser humano le arrancó una alegría a los designios de la naturaleza. (O)

Desde que los Yankees de Nueva York se coronaron campeones de la Serie Mundial en 1998, 1999 y 2000, ningún equipo ha podido obtener ni siquiera dos títulos consecutivos en las Mayores.

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