Luego de realizar tus actividades laborales más con las de hogar, tu estado mental y físico termino agotado. Es normal sentirse cansado, con pocas ganas para ir al gimnasio o para practicar algún deporte y lo único que deseas es descansar. Buscas la excusa perfecta para postergar tu día de entrenamiento por la falta de motivación, organización y fuerza de voluntad que son algunas de las causas que te pueden impedir lograr tus metas y alcanzar tus objetivos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es necesario realizar actividad física regular para prevenir y ayudar a manejar las cardiopatías, la diabetes de tipo 2 y el cáncer, así como para reducir los síntomas de la depresión y la ansiedad, disminuir el deterioro cognitivo, mejorar la memoria y potenciar la salud cerebral. Además, te libera o te mantiene libre del estrés por la carga laboral.
“Más que en ningún otro momento, se hace evidente nuestra necesidad de movimiento frecuente, diverso y complejo; no solo lo necesitamos por nuestra salud física, también por la mental”, indicó el entrenador personal y autor del libro Camina, Salta, Baila (Plataforma 2020), Roberto Sánchez. Asimismo, es normal y está bien sentirse desmotivados, es un proceso muy independiente, lo importante siempre será seguir sin reprimir tus emociones. Está bien sentirse mal algunas veces.
Por su parte, Alejo García-Naveira, coordinador Sección de Psicología del Deporte del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, comentó sobre la importancia del deporte para la mente. “La fortaleza mental, las habilidades de autorregulación emocional, las rutinas diarias, etcétera, son factores que influyen en nuestra forma de pensar, sentir y actuar ante esta situación de crisis”, explicó.
Consejos para vencer la flojera e ir a entrenar
Sea cual sea el motivo de la falta motivación para realizar tu rutina de entrenamiento del gimnasio o le algún deporte, es necesario levantarse y seguir. Es por eso, que te brindamos algunos consejos para combatir la pereza o mala organización, para que logres tener fuerza de voluntad y solventar esta etapa de bloqueo, teniendo en cuenta que el primer paso siempre es el que más nos cuesta, pero también el más importante para lograr tus metas.
1. Mantén un entorno limpio y organizado
Una de las claves del éxito a la hora de vencer la pereza es no dejarse llevar por la desgana y para ello la organización es muy importante. Si nuestro entorno es un desorden y atractivo, es más fácil desmotivarnos. En cambio, si lo mantenemos limpio y organizado, nos resultará más sencillo realizar nuestras actividades sin colocar excusas.
2. Revisa con quien te rodeas
La pereza es contagiosa. Si estás rodeado de personas que postergan la realización de sus tareas, es más fácil que tú actúes de la misma manera. Analizando tu entorno puedes localizar a las personas que están provocando tu desidia. En ese caso, resulta conveniente que hables con ellas acerca del cambio que quieres dar en tu vida y no te dejes arrastrar por su comportamiento.
3. Establece una hora concreta para ir a entrenar
No solo basta con hacer una lista de tareas que “cosas que tengo que hacer hoy”, tienes que asignarle una hora concreta a cada una de ellas. Establecer una hora concreta para efectuar cada tarea se conoce en inglés como time bloking y es una de las mejores formas para ser productivo. Fija tu hora de entrenar sabiendo que tendrás tiempo para cumplir con tus labores del trabajo y del hogar.
4. Deja todo preparado con anterioridad
Si para ir al gimnasio se te hace mucha pereza organizar tu vestimenta y accesorios, llegando a ser una excusa para no ir, es recomendable tener todo listo un día o una noche antes. Teniendo esto preparado, solo tendrá que llegar la hora de entrenamiento e ir.
5. Entrena con tu gymbro o gymsis
Si eres de las que no tiene mucha fuerza de voluntad o eres nuevo en el mundo fitness, trata de apoyarte en otras personas que tengan experiencia en el gimnasio. Es triste, pero muchas veces el compromiso con nosotros mismos se rompe más fácilmente que el compromiso con los demás. Buscar con un amigo con quien entrenar puede ser una buena idea.
6. Aprovecha el camino de ida/vuelta del gimnasio para hacer algo que te guste mucho
Si hacer deporte no es lo tuyo, pero necesitas hacerlo, trata de engañar a tu cerebro con otra tarea que le apetezca más. Por ejemplo: Puedes parar de camino al gimnasio en tu cafetería favorita a leer o aprovechar para ir escuchando un pódcast. Lo importante es buscar un punto de ancla para seguir con tu rutina de entrenamiento.