El pasado 14 de octubre, Édgar Cháirez iba a enfrentar a Daniel Lacerda en una revancha, ya que en el primer enfrentamiento la reyerta terminó sin decisión, esto a pesar de que el brasileño parecía estar noqueado, pero el pasado fin de semana, de nueva cuenta la pelea se tuvo que posponer debido a que Lacerda, quien dio el peso, no estaba en condiciones óptimas para pelear, situación que generó molestia en el cachanilla, quien señaló que tomará vacaciones, pues se encuentra decepcionado.
“Estoy destrozado en este momento, primero me robaron mi pelea y ahora pasa esto. Necesito tomar un respiro, creo que me tomaré un tiempo y regresaré el siguiente año”, expresó Cháirez, quien aprovechó el espacio para contarle a MILENIO-La Afición parte de su vida.
Édgar, quien tiene un récord de 10 victorias y cinco derrotas en The Ultimate Fighting Championship, aseguró que arribó a la empresa norteamericana para ganar dinero y brindarle una mejor vida a su familia.
“Solo vine a UFC a pelear y lo que más me motiva es el dinero; ¿a quién no le gusta el dinero? Siempre he dicho, quien no quiere ser rico es el que nunca ha sido pobre. Me motiva porque quiero darle una mejor vida a mi familia, solo quiero pelear y hacer money, si me dan dinero por pelear, peleo cuando quieran, este año llevo cuatro peleas y quiero una más, así que me tomaré 15 días de descanso y en diciembre quiero regresar, planeo muchísimas peleas y nocauts en mi carrera”.
El título de UFC no le obsesiona
Asimismo, Puro Chicali, como le gusta que lo apoden, dejó en claro que ganar un título por el momento no se encuentra en sus planes, ya que, únicamente piensa en generar dinero.
“Todos me dicen que si no quiero ser campeón no vale la pena la carrera. La neta sí estaría chingón ser campeón, pero eso se va a dar en la marcha, no es algo que me muera yo por querer ser, solo quiero ser alguien importante, dejar una marca y si se da en el futuro ir escalando en el ranking y alguna pelea por el título, estaría chingón. Obviamente quién no quiere ser campeón, quién no sueña y se imagina campeón, pero primero quiero establecerme bien en mi vida, establecerme bien a mí y a mi familia económicamente hacer una base de mi vida”, señaló.
Trae las peleas en la sangre
El peleador mexicano de UFC, recordó que desde pequeño tuvo que sacar la casta y meter las manos para no ser víctima del bullying.
“Todos nacemos con un gusto por algo, yo nací con el gusto por el deporte. Primero por el futbol y luego por el deporte de contacto. Siempre me peleaba en la escuela y en el futbol. Mis primeros años como amateur eran como un pasatiempo, y ya después me empezaron a pagar por esto y me encantó, ahora es lo único que sé hacer, pelear, pegarle a la gente y que me paguen. Qué más puedo hacer de mi vida más que aprovechar los años donde más fuerte estoy y sacarle, voy a pelear hasta donde pueda ya que no tengo otro plan para mi vida en los próximos 10 años”, señaló, Cháirez, quien relató dónde y cómo fueron sus primeros intercambios de golpes.
“A mí me forjó el barrio, pero no por pandillero, aunque todos mis amigos eran pandilleros. Jugaba en el equipo de mi barrio, era de puros cholos y nos buscaban los del otro barrio, yo no era cholo, pero por juntarme con ellos por el futbol tenía que pelear. Recuerdo que mis primeras peleas fueron en el campo de beisbol, si no metías las manos no podías ir al campo de futbol porque te iban a estar molestando y nunca me gustó que me hicieran bullying; eran dos o tres peleas por semana, nada comprometedor”, recordó.
Para culminar, Édgar señaló que el dinero siempre fue un aliciente para convertirse en peleador de UFC.
“Después de ver algunas peleas de MMA me metí primero al box y ahí me ofrecieron peleas de kickboxing, mi rival no llegó una vez y me aventaron a una de MMA, el contrincante estaba tres pesos más arriba, pero así me pegué el tiro; el vato me ganó por decisión, no me pudo someter y eso que nunca había hecho MMA, resistí por fuerza, a lo cholo, y a partir de ahí me invitó mi coach a un gimnasio de MMA y aquí sigo.
“Recuerdo que en una pelea me rompí la mano y me dieron cuatro meses de recuperación, y a los dos meses volví a pelear porque me ofrecieron buen dinero; yo decía que con una mano lo clavaba, no me importaba, yo solo quería generar dinero”, concluyó.
AVV