Cada vez que a un jugador de Alianza Lima le preguntan por Farfán, no hay certezas, solo deseos. Hernán Barcos, el argentino que lo sostuvo sobre sus hombros para festejar el título del año pasado, ha sido uno de los últimos: “Ojalá pueda estar lo más pronto posible. No sé si para el clásico, después o antes. Eso no sabría decirlo”.
El ‘Pirata’ es honesto: nadie puede asegurar cuándo volverá a las canchas. Ni el departamento médico victoriano, que prefiere guardar mutismo, ni el propio Farfán que se motiva con mensajes de autoayuda a diario, como consta en sus historias de Instagram.
En los últimos días hay una corriente muy fuerte de que Farfán podría reaparecer en el clásico del fútbol peruano ante Universitario de Deportes el 4 de setiembre por la fecha 10 del Torneo Clausura. Sería cinematográfico: uno de los últimos ídolos del pueblo blanquiazul, diezmado por lesiones crónicas y la tiranía de los años, plantado ante el rival de siempre, en Matute.
Hay diecisiete días por delante para aquel retorno triunfal. ¿Qué podría cambiar en estas dos semanas y media para que la ‘Foquita’ pueda ponerse a disposición de Bustos y sea capaz de alternar algunos minutos? De momento, Farfán asiste al Club Cultural Lima de Chorrillos, donde los blanquiazules realizan sus prácticas. Pero, como ocurre desde todo el 2022, solo lo hace para robustecer su rodilla izquierda, aquejada por cartílagos endebles.
“Sé que Jefferson Farfán está mejor. Pero todavía no entrena con nosotros, está haciendo terapia y fortalecimiento”, declaró ayer Yordi Vílchez, el mejor defensa del equipo desde el 2021. Vílchez posee un optimismo que el hincha íntimo promedio ha perdido. La última vez que Farfán se vistió de corto y tocó una pelota en un partido oficial fue el 28 de noviembre de 2021, en la final ante Sporting Cristal.
En estas dos temporadas, desde que volvió a La Victoria, el camarada de Paolo Guerrero solo ha disputado catorce partidos y ha anotado tan solo cuatro goles. Todos importantes. Pero por ahora los highlights de Farfán en su segunda etapa en el club de sus amores caben en un video de un par de minutos.
A inicios de mes, Javier Sáenz, reportero de la cadena GOL PERÚ, dio sus impresiones sobre el estado de Jefferson Farfán. Más que aliviar, preocupó. Más que poner en duda, confirmó. “El dolor no lo deja trabajar tranquilamente”, comentó con crudeza.
Pero Farfán no pierde las esperanzas en sí mismo. “¿Rendirme? Silencio, por favor”, escribió en sus redes sociales. Y de inmediato, provocó el apoyo sincero de sus amigos. “Jamás fue ni será tu opción”, le puso Rinaldo Cruzado, categoría 84 como él. El uruguayo Jonathan Lacerda, parte del equipo campeón de 2021, también le deseó lo mejor: “Siempre para adelante”. El argentino Nicolás Tagliani, que hizo dupla cuando Farfán despegaba, allá por el 2003, fue más emotivo: “Facha de amigo, sos el ‘1′ y serás el ‘1′ siempre”.
La situación ha llegado a su límite: hay un gran sector de la hinchada que le reclama por cobrar sin jugar. Con el pequeño detalle de ser el mejor pagado del plantel. Ponerse la blanquiazul otra vez ante la ‘U’ menguaría las críticas. Le bajaría el volumen a los reclamos. Le daría otro aire. En algún sentido, podría salvarle el año. Siempre y cuando ganen, desde luego.
Algunos teóricos de este deporte suelen decir que el futbolista es el mejor médico de sí mismo, pues sabe a ciencia cierta cómo está y cuánto puede dar. ¿Es Jefferson Farfán su doctor más capacitado? Rumbo al noveno mes del año, solo hay ansias y deseos.