Un Juan Reynoso sereno, optimista y maduro fue presentado en Videna, convencido de haber “encontrado los matices” en su vida profesional. En un mar de declaraciones y promesas, elevó una ola de expectativas sobre el futuro de la selección peruana. Y en poco más de un año ha sido revolcado por completo con la fuerza de sus propias palabras.
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“Creo en el jugador peruano”, fue la frase de inicio que marcó el proceso anterior. No hace falta mencionar al autor, por más buenos recuerdos, también hablando de conferencias. Llama la atención el eco de esta famosa declaración en el actual estratega de la Bicolor: “Hoy el jugador peruano se la cree, nos ven distinto internacionalmente y me consta, por eso la selección genera un respeto de los rivales sea de local o visitante —dijo en su presentación, tono diplomático activado—”. “No creo en el borrón y cuenta nueva, creo que lo que se construyó con Ricardo a la cabeza, hay mucho por rescatar. Esa parte de convencer al jugador está”, aseguró en un principio.
Pero el entrenador nacional cambió de parecer poco a poco, progresivamente con los resultados, hasta el punto de considerar el futbolista peruano no está apto para competir, menos si milita en la Liga 1, no en ligas tan respetadas como las de México, Estados Unidos, Suecia, o en la segunda de Arabia Saudita.
Todo fue optimismo antes de este año, después de la caída ante México en el debut y con tres victorias al hilo en amistosos. Pero el 2023 empezó a devolver ese carácter de técnico resistido y recalcitrante a Reynoso.
El año empezó mal desde enero, cuando Jaime Serna respondió sobre los problemas físicos de la selección que dirigió por encargo de Reynoso en el Sudamericano Sub 20. “Cuando uno cambia de metodología los trabajos son distintos, venimos de trabajar en México e intentamos dar la intensidad que falta en la Liga, pero los chicos no están acostumbrados a trabajar en esa intensidad”, soltó el asistente técnico de la mayor, también cuñado de nuestro seleccionador. Fue la primera señal de la falta de tacto del nuevo comando técnico.
“Más allá de nombres propios, creo que Perú hoy está en condiciones de seguir siendo un equipo competitivo y pelear la Eliminatoria no sobre el último tercio de la tabla de posiciones, sino pelear mucho más cerca a los dos o tres primeros lugares. Ese es el plan”, pensaba Reynoso en marzo y en junio declaró estar convenido de que “el universo de jugadores se va ganando”, cuando todavía tenía de la mano a Bryan Reyna.
“Creo que sería absurdo de mi parte intentar probar para ver que pasa en el primer o segundo partido de Eliminatorias”, señaló el DT de la selección luego de la caída por goleada ante Japón, el punto más tenso en la tranquila previa del pálido inicio clasificatorio, antes de colocar a Andy Polo por izquierda ante Chile en Santiago sobre Aldo Corzo por la tercera jornada.
"Seremos un equipo que defienda cuando no tenga el balón, que defienda bien. Y que tengamos variantes de cara al gol, con buena posesión intentando ser verticales. No quedando mal parados en contras. Es la idea que tenemos para nuestro juego"
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Una falla eléctrica suspendió la conferencia de prensa de Juan Reynoso luego del debut ante Paraguay en Ciudad del Este. Solo esa noche no hubo declaración del entrenador que hoy pueda perder valor, como ha venido sucediendo.
“Lastimosamente, Bryan (Reyna) y Joao (Grimaldo), que tienen un talento impresionante, no están para sostener ni 60 minutos y eso es debido a las carencias de la liga local. Lo vimos con Franco (Zanelatto), que tiene mucha potencia y energía, pero al minuto 50 estaba más que liquidado”, disparó Reynoso tras perder ante Argentina.
Esto dijo sobre Reyna tras su estreno con gol ante El Salvador, cuando aún era jugador de Cantolao: “Es positivo y eso habla de que en el Perú el talento está. Hay que apuntalarlo con trabajo, que crezca el autoestima e integrarlo con los jugadores del exterior. Creo que nadie lo tenía en el mapa hace veinte días y la pregunta es ¿Hay más?, seguro que hay más, pero también cuánto de este talento se ha perdido en el camino por no darle la oportunidad (...) Que tenga su oportunidad, alguna saldrá mal y no hay que matarlo porque a veces es muy de nosotros”. Nada que agregar.
Grimaldo, de buena aparición ante Brasil, también supo recibir elogios de un emocionado Reynoso: “Siempre nos quejamos del recambio. Decían que nos faltaban muchos jugadores, decían que había depresión, estuvimos pendientes de los que estaban, creo que hemos dado un paso adelante. A Joao le costó cinco minutos, pero luego sacó todo el barrio del Rímac y es un proyecto que en el corto o mediano plazo va a terminar jugando en equipos importantes”, declaró.
La última conferencia también dejó la ‘casual’ declaración de Juan Reynoso sobre Piero Quispe, quien quedó fuera de lista de los partidos ante Chile y Argentina. “Lo de ‘Pierito’ es que vimos a otro mejor. Practicamos en algún momento con Jairo y con Sergio, que son de la posición donde está ‘Pierito’ y decidimos por ellos. No hay un tema rebuscado. ‘Pierito’ es un talento y hay que poderlo llevar de a pocos. No queremos forzar nada ni que los jugadores terminen exhibidos”, explicó el DT, ocultando en el diminutivo otro mensaje para la prensa y la afición.
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De pronto parece que Reynoso no sabía que aceptaba dirigir a Perú, no a Francia, y que debía liderar a los peruanos que juegan en el exterior, a los que aún no pueden dejar la Liga 1 y los que nunca la dejarán. Tampoco sabía que llegaba a ser padre además de técnico, guste o no, ni que debía cuidar sus palabras. Al margen de cómo le vaya, los mensajes de Juan Reynoso detrás de sus palabras hablan de un técnico que no está preparado para sostener una conferencia de prensa caliente. Ni 10 minutos.
“En Perú individualmente hay muy buenos jugadores, pero el grupo es lo que le hace fuerte. El ego queda un poco de lado pero lo que sí me da mucha tranquilidad es que todos tienen claro que por encima del ego está el escudo”, afirmó en su presentación. Paradoja es poco.
“Si hubiésemos tenido rivales por encima del puesto 40 del ránking FIFA y no llegas una vez puede ser preocupante. Yo apelaría a ver el vaso medio lleno, la estadística es muy real, pero tuvimos cinco o seis llegadas que con mejores decisiones en el último pase, podíamos hablar que hicimos dos o tres goles”