La primera foto de Stéfano Peschiera a toda página en El Comercio se publicó el viernes 8 de febrero del 2008, un especial que DT tituló “Generación O”, dada inusual expectativa por la selección peruana de Vela Optimist, que dolo un mes después tenía la responsabilidad de revalidar el título de Perú en el Sudamericano de Paracas, esa bahía paraíso.
En su alegría, y la mueca de carcajada de la primera foto, hay la apuesta que comparten Jean Paul de Trazegnies y Francesco Puliattison, dos de los mejores veleristas de Perú entonces. Una apuesta y una frase, que a Peschiera le brota natural, como si lo estuviera decretando:
-Vamos a ser deportistas olímpicos, ya verán.
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La primera aparición de Stéfano Peschiera se complementa con esta descripción de lo que era, en ese momento, sus ambiciones: “El segundo mejor clasificado que perdió el título nacional del año pasado, al final, porque así es el deporte. Stefano nació el 16 de enero de 1995 y ha ocupado segundos y terceros puestos en la categoría infantil. Ahora va por su primer campeonato. Es del Yacht Club de Ancón. Es hincha de la U”.
La fe, lo más lindo de la vida, hizo que la cobertura de DT llegará hasta el día final de la competencia aquella, en Paracas. “Cuando Stefano saltó de su velero a la orilla de la playa El Santuario de Paracas se fundió en un abrazo con sus compañeros, el equipo peruano de vela optimist que se llevó el título sudamericano por equipos. “Lo logramos”, le dijo luego a su papá, Pablo Peschiera”, escribió Christian Cruz en la nota final, ya con el título en el bolsillo. El viento ya soplaba a su favor.
Lo que vino después, por supuesto, fueron los altos y bajos de una carrera que siempre navega a contra corriente, casi sin apoyo ni luces mediáticas: nos moviliza más la huachita de Cueva que una regata fantástica de Peschiera. Ese debe ser el mea culpa. Esa deformación, que no va a cambiar, ha recibido un sismo de grado 7 hoy: el velerista nacional Stefano Peschiera logró meterse en el podio en la prueba de vela en la modalidad dinghy masculino y consiguió una presea olímpica para Perú después de 32 años, al otro lado del mundo, allá en París. Un deporte que hoy salta a la tapa de los diarios que ha llegado a la cumbre.
O como decía Stéfano, en aquella nota del 2008, a los 13 años, “vamos a ser deportistas olímpicos, ya verán”. Y lo estamos viendo.