Si la FIFA lo hizo por qué no tendría que hacerlo la Concacaf.
A través de un comunicado, este organismo que agrupa a las federaciones de futbol de los países de América del Norte, Centroamérica y el Caribe, anunció ayer que la Copa Oro se expandirá a partir de le edición 2019, a 16 representativos nacionales. Es decir, habrá cuatro selecciones más.
Se advierte en el referido boletín que “se está explorando una visión panregional… la cual albergará encuentros fuera de los Estados Unidos, incluyendo la posibilidad de llevar a cabo partidos en Centroamérica y el Caribe”.
Como ustedes seguramente saben, la Concacaf ha generado un lucrativo negocio organizando la Copa Oro cada dos años y con una sede fija: los Estados Unidos.
Ningún torneo de selecciones nacionales de tan baja calidad futbolística genera tanto dinero como la Copa Oro. Se ponen a disposición de este torneo estadios modernísimos, con una capacidad fuera de tono para recibir aficionados, con boletos de entrada a precios que en ningún otro país de la región se venderían.
Estoy casi seguro que esa supuesta “exploración” va a terminar en un: “¿Para qué?”.
Como se podrá documentar, la Concacaf no está por la labor de incrementar la calidad de su torneo de naciones, haciéndolo más selectivo y exigente.
Tampoco lo está la FIFA, quien prepara ya un mega Mundial en el 2026, con la ampliación a 48 selecciones, 16 más de las que hasta ahora participan.
El gigantismo que tanto combaten en el Comité Olímpico Internacional, es bien recibido en el máximo organismo del futbol mundial.
Todo mundo parece estar solo pensando en el dinero en el mundo del futbol. ¿Y la calidad futbolística que es lo que realmente prestigia? ¿Así considera la Concacaf que va a crecer y algún día alcanzar un campeonato del mundo? ¿Así va a producir jugadores que se conviertan en verdaderas estrellas internacionales?
twitter@rocampo