Pablo Carreño Busta dice que la vida fue buena con él. Asegura que llegó a ser top 10, a jugar la semifinal de Flushing Meadows y a participar de la Copa de Maestros demasiado rápido. En realidad, la vida fue simplemente justa para quien estuvo al borde del retiro en 2012 por una lesión lumbar. Hoy cosecha lo sembrado el nacido en Gijón y avisa que los rivales, hasta los más top como él los llama, tienen que pelear hasta el final para ganarle.
A pocos días de haber llegado a Buenos Aires siente el cariño de la gente. Dice que por eso le gusta venir al Abierto y que los argentinos tienen ese fanatismo futbolero que los hace un público único. En una linda charla con Clarín, Pablo Carreño Busta, de 26 años, confirma que ya no es más una promesa.
-En una nota para Clarín hace un año, estabas en el top 30 y contaste que tu objetivo para el 2017 era llegar al top 20. Terminaste el año ente los diez mejores, ¿qué pasó?
-Las cosas se dieron demasiado bien. Se fue acomodando todo y terminé bárbaro. Esas victorias hicieron que me la crea, que me convenza de que podía ser mejor jugador y bueno, sumado a un click mental que hice, se fue subiendo ese objetivo y así terminé. Obviamente que si puedo llegar más arriba no voy a decir que no, ¡ja!
-Además de ese cambio mental, ¿qué adquiriste para lograr el salto de calidad?
-Cada año que pasa tengo más experiencia, sé cómo jugar en determinados momentos del partido y también los rivales me conocen: saben que soy un buen jugador, que no es fácil ganarme y que para lograrlo tienen que luchar hasta el final. Ahora yo mismo me la creo: soy un gran jugador, puedo ganarle a cualquiera y así los resultados llegan. No hay mucha ciencia, el trabajo mental es fundamental y es muy difícil lograrlo. A eso se le suma el buen estado físico, el gran tenis y la experiencia. Creo que todo eso explica que hoy esté donde estoy.
"No me imaginaba este presente", confiesa el jugador que desde el 2014 no se pierde ni una cita en el Buenos Aires. "Es lo que uno siempre sueña y dice, 'me gustaría llegar hasta ahí, ojalá pueda hacerlo', pero es muy complicado. Llegué a donde quería mucho antes de lo esperado y ahora solo me toca disfrutarlo para seguir mejorando", afirma con un semblante, ante todo, de satisfacción.
-Tuviste un mano mano con Del Potro para entrar en la Copa de Maestros de Londres. ¿Qué opinás de Juan Martín?
-Él venía con un gran nivel, altísimo. Incluso mucho mejor que el mío. Pero por suerte no pudo adelantarme. Juan Martín es un jugadorazo. Un verdadero tenista increíble que por culpa de las lesiones vio mermada su carrera. Me cae muy bien y creo que es un ejemplo de esfuerzo, sacrificio y superación, porque todo lo que hizo para volver fue de otro planeta.
-En unos años tomarás la posta de Nadal en la Armada Española. ¿Un tenista español sueña con imitarlo a él?
-Mientras esté Rafa el va a liderar todo. Hay muchos buenos en España, y estar segundo detrás de uno de los mejores de la historia es todo un orgullo. Pero creo que es imposible aspirar a trascender como lo hizo él. Es algo para unos elegidos nomas.
-De cara a lo que viene, es un top 10 que, con tantos lesionados, se fue moviendo mucho el último año y podrías seguir subiendo. ¿Buscás eso?
-Eso de las lesiones aceleró mucho mi escalada. Lo casos de Djokovic, Murray, Wawrinka, Raonic y Nishikori. Mi mérito es haber aprovechado esa oportunidad y haber logrado mantenerme sano. Claro que se recuperarán y volverán a su nivel, así que este año buscaré mantenerme adentro simplemente. Pero, ¿quién te dice? me entrevistas el año que viene y soy número uno del mundo, ¡ja!.
Su sonrisa plena desnuda la expectativa que tiene con ganar en Buenos Aires. No la oculta y por eso buscará un éxito en la cancha Guillermo Vilas que lo mantenga con los brazos en alto.